«Nos merecemos un futuro», «nuestros dirigentes no pueden dejarnos en la estacada», «tenemos que continuar luchando»: jóvenes activistas por el clima de todo el mundo levantaron la voz y mostraron su enfado este miércoles en la COP25 en Madrid.
«Vivimos la peor crisis que ha travesado jamás la humanidad y nosotros, los jóvenes, somos las primeras víctimas de la crisis climática», declaró Jinhyun Park, una estudiante surcoreana.
«Pedimos a todo el mundo que se una a nuestra lucha contra la crisis climática porque nos merecemos un futuro», añadió.
Junto a otra media docena de jóvenes, Park participaba en una rueda de prensa del movimiento «Fridays for Future» impulsado por la activista sueca Greta Thunberg, que no llegará a la cumbre climática de la ONU hasta el viernes.
«Nuestros dirigentes no pueden dejarnos en la estacada (…). A no ser que los Estados aumenten su ambición en 2020, nuestro futuro será un caos climático», advirtió Joel Peña.
Este chileno, miembro de la comunidad de indios mapuche, homenajeó a «todos aquellos que luchan cada día por tener una vida digna». «Es por ellos que seguimos luchando, incluso arriesgando la vida», dijo.
Ta’Kayia Blaney, del pueblo aborigen Tia A’min de Canadá, hizo hincapié en la importancia de las comunidades autóctonas en la defensa del medioambiente.
«Nosotros, la juventud indígena, nos alzamos entre los megaproyectos industriales (…) y la tierra que quieren destruir», afirmó.
«Nuestros derechos como protectores de la naturaleza deben ser respetados. No hay justicia climática sin justicia indígena», añadió la militante de 18 años.
«Poner los intereses de algunos egoístas por encima de los intereses de supervivencia de millones y miles de millones de personas es antidemocrático, criminal e inhumano», declaró el suizo Lunis Dolder, de 16 años.
«Podéis estar seguros que no pararemos nuestra movilización hasta que no actuéis como verdaderos líderes», advirtió la estudiante francesa Léa Ilardo, que vive en Quebec (Canadá).
Los casi 200 firmantes del Acuerdo de París que busca limitar el calentamiento del planeta a +2ºC, o incluso +1,5ºC, están reunidos durante dos semanas en Madrid, sede de la cumbre después de que Chile desistiera de organizarla por la revuelta social del país.
Pero el encuentro corre riesgo de decepcionar a aquellos que esperan más ambición de los dirigentes internacionales para reducir las emisiones de gas que contribuyen al efecto invernadero.
El eslogan de esta COP25 es «tiempo de actuar». Pero «hace mucho que es tiempo de actuar», se quejó Toby Thorpe, representante australiano de «Fridays for Future».
«Continuaremos haciendo huelga hasta que los dirigentes mundiales no solo nos oigan, sino que nos escuchen», afirmó.