Una mujer identificada como Lydia Roberts, de 21 años, se quitó la vida luego de encontrar pornografía infantil en el celular de su novio.
Se conoció que la pareja llevaban dos años de relación y bastaron unos cuantos segundos para saber que todo en lo que había creído era una gran mentira. Adam Wells, era director de una compañía de productos de belleza, ella pensaba que todo estaba bien, que había encontrado al amor de su vida, pero en realidad, era un monstruo.
De acuerdo al informe de la policía, Lydia Roberts encontró un segundo celular de su pareja y en él, varias imágenes explícitas de niños. Era imposible no confrontarle y ello originó una gran discusión. Posteriormente, Adam Wells se fue de la casa, pero la discusión continuó por mensajes de texto hasta las 7 de la tarde.
Fue al volver a casa, cuando Adam encontró a Lydia colgada del techo. La joven habría explicado en los mensajes de texto por qué se quitó la vida. Además, el forense que revisó el cuerpo de Lydia, confirmó que se trataba de un suicidio y que por los mensajes envidiados, Adam no podría ser vinculado con la muerte de la joven.
La madre de Lydia Roberts reveló a la prensa local que su hija se había sentido «violada» tras el hallazgo y que deseaba con todo su corazón que se hiciera justicia, tanto por su hija como por los involucrados en las imágenes del celular.
La mujer agregó que toda la familia estaba devastada por la muerte de Lydia, pues era una mujer hermosa por dentro y por fuera, de ninguna manera merecía un engaño de esta magnitud.
Por su parte, Adam Wells fue acusado por delitos sexuales y además, se le registró como abusador sexual por las fotografías de menores de edad en su teléfono. Se desconoce si en los dos años de relación, Adam abusó de Lydia de alguna manera.
Lamentablemente, Lydia ya contaba con problemas de salud mental, había intentado quitarse la vida en otras ocasiones y había tomado medicamentos para tratar la depresión. Aún así, la familia de Lydia insiste en que el suceso fue lo que la orilló a morir y que continúan en el aire varias interrogantes.
Soy Carmín