Capitalistas Rojos. Por Eugenio Montoro

La verdad es que habría sido difícil adivinar que este régimen comunistoide cubano mutaría a capitalista. Pero así está sucediendo, ante la mirada incrédula de muchos demostrando que, por conservar el poder, estos tipos son capaces hasta de prostituir a la madre y hasta aceptar la nueva forma como los llamarían.

No hace tanto nuestros alocados revolucionarios controlaban los precios de centenares de productos de una manera intensa y cuidadosa. La razón era simple, se hacía para evitar que los desalmados empresarios y comerciantes robaran al manso pueblo. Hoy ni se habla de ello. Los comerciantes, antes debían vender sus productos en relación al valor de compra y no al valor de reposición cosa que llevó a miles, por la gran inflación, a la quiebra y, hoy, cada quien pone el precio libremente y los funcionarios miran hacia otro lado.

Antes, hablar del dólar o del dólar paralelo era casi motivo para ir a la cárcelcomo enemigo de la revolución. La página “Dólar Today” eraliteralmente masacrada como arma del imperio y llegamos hasta el ridículo de llamar al dólar “el innombrable”. Hoy, hasta Maduro dice públicamente lo bueno que es tener dólares en Venezuela y lo mucho que está ayudando a la economía. La divisa ya ha sido aceptada como moneda de intercambio,ocurriendo el milagro como si el leproso se hubiera vuelto un Brad Pitt para ellas o una JLo para nosotros.

La campaña admirable de Chávez para hacer la “segunda nacionalización de PDVSA”, reformulando todo para asegurar el control total por parte del Estado, hoy se enfrenta a la posibilidad real de darle a los rusos el control pleno de parte de la industria petrolera yel resto a otras empresas internacionales. Todo el discurso nacionalista sobre “el petróleo nuestro”, la soberanía y otros latiguillos, allá rodaron al cementerio del gamelote.

El régimen elimina los impuestos de importación que favorece a los empresarios y capitalistas y aumenta el IVA que pagan los pobres ciudadanos comunes en sus compritas con dólares. Fin de mundo, se volvieron locos, dirían los marxistas viejos.

Evidentemente, y aunque zorramente no se mencione, hay un cambio en asuntos económicos. Se nota que finalmente mandaron al carajo al asesor español Monedero, para tratar de salvar el pellejo. No sería de extrañar que, hasta los cubanos, que ya sienten las penurias, influyeran en impulsar este nuevo plan económico del régimen titulado “A buscar reales donde sea”. El régimen finalmente aceptó que el desastre económico era y sigue siendo tan grande que la ideología marxista había que meterla en el baúl y ver de dónde se pueden sacar los cobres.

Los coqueteos del régimen con los empresarios no se han hecho esperar, ya no los insultan ni amenazan y dejaron de ser “enemigos” de la revolución. Los empresarios maltratados durante años han visto la entrada del dólar, el efecto de las remesas y el aparente cambio en el régimen, como una güita fresca sobre la esponja seca que tenían.

Pero nadie debe confundirse. Los rojos han engañado el suficiente número de veces como para saber que no se trata de un cambio estructural, sino un cambio de estrategia temporal hasta que las cosas se vean un poco mejor. Los empresarios y comerciantes deben utilizar esta coyuntura, pero sin perder de vista que el asqueroso monstruo sigue allí y que su real plan sigue siendo devorarlos y quitarles las empresas una vez que las arreglen.

Algunos empiezan a fantasear conque el régimen está girando hacia un esquema económico parecido al chino y se han ilusionado con la posibilidad de mejorar en algo sus negocios. Hasta rumorean sobre si no sería preferible quitar ya las sanciones de USA. Se olvidan que estamos inmersos en una terrible dictadura con muchos ribetes de delincuencia y su empresa y su pescuezo siguen al capricho del tirano. La lucha para salir del régimen nefasto, por tanto, no puede confundirse, ni desviarse, ni retrasarse.

Todos debemos estar claros de que libramos una guerra y no hay medias tintas, el que esté en contra de los rojos es nuestro aliado y amigo y el que esté a favor del régimen es un enemigo. Esta simpleza debería poner un tapón de boca a los fastidiosos criticones de este lado y a cerrar filas con el líder Guaidó. Las peleitas internas pueden posponerse y usar esa buena energía para salir de los malandros escarlata.

La única forma de asegurar que las empresas, existentes y nuevas, tengan un futuro real en Venezuela es un cambio político con un nuevo gobierno que respete las libertades y las reglas de la democracia.

 

Eugenio Montoro / montoroe@yahoo.es

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