Un avión de la compañía Air Canada, con 130 personas a bordo, ha realizado un aterrizaje de emergencia este lunes en el aeropuerto de Madrid, la capital española, tras registrar daños en uno de los motores y una de sus ruedas.
Enaire, el gestor de navegación aérea en España, había informado a primera hora de la tarde que el Boeing 767 había registrado un problema técnico y debía volver a la pista de aterrizaje. En un primer momento estaba previsto que el avión pudiera tomar tierra alrededor de las 18:00 horas (local), aunque finalmente el aterrizaje se ha producido a las 19:09.
Desde el interior del aparato, los pasajeros también han publicado imágenes de cómo han vivido el aterrizaje desde dentro, con aplausos cuando el piloto ha conseguido tomar tierra sin incidentes.
El vuelo AC837, operado por Air Canada y con destino Toronto, despegó del aeropuerto madrileño de Barajas a las 14.57 horas (local), después de haber sufrido un retraso de dos horas. Tras avisar a la torre de control 30 minutos después del despegue, ha quemando combustible durante más de cuatro horas, primero al sur de la capital y después alrededor de Tarancón (Cuenca), a 70 kilómetros de las pistas de Barajas.
Tras darse a conocer la emergencia, el sindicato de pilotos Sepla comunicó a través de su perfil oficial de Twitter que el aparato había «perdido tres piezas del tren de aterrizaje» que habían «entrado en el motor» izquierdo, por lo que este estaría sufriendo problemas y la aeronave debía deshacerse de parte de carburante con la finalidad de aligerar la carga para alcanzar el peso adecuado para realizar el aterrizaje con seguridad.
Además, el comandante del avión de Air Canadá informó al más del centenar de pasajeros de que habían tenido «un pequeño problema con una de las ruedas del avión» y de la necesidad de deshacerse de parte del combustible antes de poder proceder a aterrizar de emergencia. En el audio, al que ha tenido acceso El Mundo, se le oye pedir «mucha calma y mucha paciencia».
José Vaca, el asesor general de la Sociedad Argentina de Aviación, destaca que es importante asegurarse de que «el peso máximo de aterrizaje no sea superior al del despegue».
«Cuando uno realiza una operación aérea desde un aeropuerto a otro, tiene un peso en combustible necesario para hacer ese traslado. Si esto se ha presentado como un inconveniente al poco momento de despegar, ese combustible hay que liberarlo de alguna manera para que en el aterrizaje no sufra la estructura del avión porque superaría el peso máximo del aterrizaje», comentó a RT.
Un caza F-18 del Ejército español ha acompañado durante la parte final del vuelo a la aeronave para observar los daños desde fuera, como parte de un procedimiento habitual en este tipo de casos.
De hecho, uno de los pasajeros del avión con problemas técnicos ha compartido a través de Twitter una fotografía en la que se observaba a través de la ventanilla al avión militar a escasa distancia.
Además, han circulado imágenes tomadas desde el interior de la aeronave de Air Canada, así como otras tomadas desde el exterior en las que también se aprecia la cercanía entre el avión comercial y el militar.
Según Flightradar24, un sitio web de seguimiento que ha monitoreado el incidente y ha ofrecido datos actualizados de la posición de la nave, el avión involucrado, un Boeing 7367-200ER, tiene unos 30 años de antigüedad.
Dotaciones de Emergencias de la Comunidad de Madrid, de Bomberos y sanitarios del SUMMA 112, entre las que se encontraban al menos 15 ambulancias, se trasladaron por prevención a la zona prevista de aterrizaje. Asimismo, Cruz Roja Española anunció que sumaba otras diez dotaciones al despliegue.
La Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid confirmó que estaba alertada toda la red de hospitales de la región y que también se había pedido la colaboración del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha, región limítrofe, por si fuera necesario.
Este incidente se ha producido justo después de que la mañana de este lunes el aeropuerto madrileño tuviera que desviar al menos 26 vuelos a otros aeropuertos cercanos por la presencia de un dron en las inmediaciones de las instalaciones, que obligó a cerrar el tráfico aéreo durante una hora y media.
El aeropuerto de Barajas es uno de los más seguros del mundo. Después de que en 2008 el recinto viviera la tragedia del accidente de Spanair, que costó la vida a 154 personas, en los siguientes años se ha invertido 117 millones de euros en seguridad, que han posibilitado la instalación de un nuevo sistema de frenado de emergencia en pistas, un nuevo radar de superficie, un cuarto parque de bomberos, un nuevo protocolo de comunicación con torre y servicios médicos y mejoras en pavimento y aplanamiento de terrenos.