Los Chiefs regresaron el lunes a Kansas City, donde numerosos fanáticos seguían celebrando el título del Super Bowl.
El entrenador Andy Reid, quien portaba el trofeo Vince Lombardi, fue el primero en descender del avión por la tarde, seguido por los jugadores. Los integrantes del equipo abordaron después una caravana de autobuses que los transportó al Arrowhead Stadium.
Las autoridades habían solicitado que los fanáticos se abstuvieran de acudir al aeropuerto.
Con el equipo no viajaba el quarterback Patrick Mahomes, quien voló a Disnely World en Orlando, Florida, para encabezar un desfile de celebración por el Super Bowl, como parte de sus deberes como el Jugador Más Valioso del encuentro del domingo.
Un desfile por las calles céntricas de Kansas City, Missouri, quedó programado para las 11:30 de la mañana del miércoles (18:30 GMT). Luego, el equipo y una multitud de seguidores se concentrarán en la estación central de trenes en la ciudad.
Varias escuelas de la zona han cancelado las clases para el miércoles. La Legislatura de Kansas City tampoco sesionará ese día.
Las autoridades anunciaron la celebración el domingo por la noche, poco después de que los Chiefs derrotaron 31-20 a los 49ers de San Francisco.
Los festejos comenzaron incluso antes del partido. Unas 20.000 personas se congregaron en el distrito Power & Light de Kansas City para mirar el gran partido en una pantalla gigante. La policía informó el lunes que 14 personas fueron arrestadas y 45 expulsadas de la zona, donde se encuentran los principales centros de diversión de la ciudad.
Los bomberos respondieron a 24 incidentes de índole médica. El distrito de Westport, donde también se ubican varios centros nocturnos y de espectáculos, lució lleno de paseantes. La policía reportó algunos desórdenes, ninguno de gravedad.
Sin embargo, un hombre murió cuando trató de encender petardos en un mortero improvisado. El sujeto fue alcanzado por la explosión poco después de que concluyó el partido, informó la policía en un comunicado.
No se dio a conocer más información del caso.
Las autoridades daban seguimiento a 163 denuncias sobre personas que hicieron disparos al aire en medio de los festejos, desde las 5:30 de la tarde del domingo hasta la madrugada del lunes.
Un letrero recién instalado en la estación de trenes proclamaba que los Chiefs son “Campeones del Mundo”. Entre quienes formaban fila para tomarse una foto ante el letrero el lunes figuraban Mark y Karie Teetor, originarios del área de San Luis, quienes describieron escenas de júbilo y baile el día anterior, cuando vieron el encuentro con algunos amigos.
“Yo lloré bastante”, comentó Karie Teetor.
Su marido se dijo simplemente feliz por ver a los Chiefs en el Super Bowl, tras una ausencia de 50 años.
“Ganar es la cereza del pastel”, opinó.
El ayuntamiento instaló generadores y una torre temporal para comunicaciones celulares cerca del lugar donde se realizarán los festejos. Varios comercios del área tenían previsto cerrar o reducir sus horarios.
En el hospital infantil Mercy de Kansas City del centro de la ciudad, la sala de urgencias permanecerá abierta, pero se suspendieron las citas e incluso algunas cirugías programadas para la fecha del desfile.
En 2015, cuando los Reales ganaron la Serie Mundial de béisbol, unas 800.000 personas acudieron al desfile celebratorio, rebasando las expectativas en una ciudad con una población de unas 470.000 personas y con un área metropolitana de unos dos millones. Las instalaciones celulares se saturaron y fue imposible el paso de autobuses.
AP