La policía gestionaba controles de seguridad en localidades en cuarentena, los gobiernos emitieron alertas de viaje y se suspendieron vuelos mientras las autoridades intentaban desesperadamente el martes frenar la aparentemente inevitable propagación del nuevo virus.
Los focos de COVID-19, la enfermedad causada por el virus, seguían extendiéndose fuera de la China continental, alimentando un recelo en todo el mundo que se reflejó en los mercados financieros.
La crisis se extendió a zonas consideradas como las peor equipadas para hacer frente al brote, además de a algunas de las naciones más ricas del mundo, incluyendo Corea del Sur e Italia. A medida que avanza, el virus traslada una sensación de urgencia a las autoridades locales decididas a contenerlo, pero que a menudo no saben cómo.
“Es una cuestión de rapidez y tiempo. Debemos crear un punto de inflexión claro esta semana (para frenar) el incremento de casos confirmados”, señaló el presidente de Corea del Sur, Moon Jae-in. El país reportó el martes 144 nuevos casos para un total de 977 infectados.
Los casos de personas que podrían haber infectado a muchos más, avivaron los miedos.
Korean Air, la mayor aerolínea surcoreana, dijo que un miembro de su tripulación dio positivo por el coronavirus pero no reveló de inmediato detalles sobre los vuelos o las rutas en los que participó. En una base militar estadounidense en Daegu, el epicentro del brote en Corea del Sur, funcionarios dijeron que la esposa de un soldado también cayó enferma. Y en la pequeña nación insular de Bahréin, en el Golfo Pérsico, uno de los afectados era el conductor de un autobús escolar que había trasladado a estudiantes el domingo.
También dio positivo el jefe del organismo creado por Irán para contener el virus, quien en la víspera había brindado una conferencia de prensa en Teherán en la que trató de minimizar el peligro.
En el norte de Italia, donde había más de 200 casos, una docena de localidades estaban bajo cuarentena y policías protegidos con mascarillas patrullaban las ciudades.
Croacia y Austria, vecinos de Italia, reportaron sus primeros casos del virus.
Croacia, Hungría e Irlanda advirtieron en contra de viajar a la zona afectada en Italia, una de las crecientes medidas gubernamentales que buscan limitar la propagación. Bahrein suspendió sus vuelos a Dubái mientras que los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos decretaron su mayor nivel de alerta para viajes a Corea del Sur. Japón pidió a sus ciudadanos que no realicen viajes no imprescindibles a Daegu y a la región de Gyeongsang Norte, en el centro del brote en Corea del Sur.
China confirmó el martes 508 nuevos casos y otros 71 decesos, 68 en la ciudad de Wuhan, en el centro del país, donde se originó la epidemia en diciembre. Con estos, el total de infectados en su territorio continental asciende a 77.658, con 2.663 muertes.
Aunque China sigue siendo el país con más casos, la atención se centra cada vez más a los lugares a los que podría propagarse ahora. Irán fue vista como fuente de nuevas transmisiones en Oriente Medio, incluyendo en Irak, Kuwait y Omán, que lidiaban con la transmisión a través de sus fronteras.
Corea del Sur es ahora el segundo país con más casos en el mundo, con 977, y el número de infecciones se multiplicó casi por 15 en una semana. Los trabajadores médicos siguen encontrando nuevos grupos en la ciudad suroriental de Daegu y en sus inmediaciones, donde el pánico ha provocado una inquietante paralización.
El gobierno prometió movilizar recursos de salud públicos para contener en brote a la región que rodea Daegu, pero no limitó los desplazamientos. Todos los ciudadanos de Daegu con síntomas similares a los de la gripe, que se estima que rondan los 30.000, serán examinados por el virus. Seúl también restringió las exportaciones para abordar la escasez de mascarillas en toda la nación.
Las autoridades sanitarias esperaban terminar de examinar el miércoles a unos 1.300 miembros de la Iglesia de Jesús Shincheonjin en Daegu que mostraron síntomas, antes de ampliar los controles.
La iglesia, que registra el mayor número de infectados en Corea del Sur, accedió a entregar a las autoridades una lista de sus 200.000 miembros en todo el país para que puedan ser examinados, lo que podría tomar meses.
AP