La jornada de protestas de este viernes en la costera ciudad de Viña del Mar dejó una gran cantidad de personas intoxicadas por el gas pimienta arrojado a la cara por la Policía en medio de los enfrentamientos con los cientos de manifestantes que se congregaron en una jornada con numerosas detenciones.
La última fecha del Festival de la Canción que se realiza en la ciudad jardín desde el pasado domingo reunió en el centro de Viña del Mar a cientos de personas que decidieron juntarse desde la tarde en la Plaza Vergara, a dos calles del recinto del certamen, para mostrar su descontento.
La ciudad acogió durante toda la semana protestas en ese lugar, aunque de menor magnitud, pero la previsión de que este viernes en el último día del festival iba a congregarse una gran cantidad de personas se cumplió.
La protesta fue pacífica hasta que Carabineros (Policía militarizada), que había desplegado un dispositivo de cientos de agentes y carros antidisturbios, intentó dispersar a la multitud.
La plaza se llenó de bombas lacrimógenas y los escuadrones de fuerzas especiales de la Policía se internaron en la zona para realizar las primeras detenciones mientras comenzaron los enfrentamientos entre algunos manifestantes y las fuerzas del orden.
Los agentes hicieron que las cientos de personas se diseminaran por las calles aledañas y, apoyados por carros lanza-aguas (popularmente conocidos como «guanacos»), intervenían a los grupos de manifestantes dispersos, a los que rociaban con gas pimienta para evitar que volvieran a juntarse.
Numerosas personas gritaban por el dolor y escozor que provocaba el gas pimienta y los voluntarios médicos presentes en la zona no daban a basto para poder atender a los manifestantes que llegaban a sus puesto de auxilio.
Incluso algunos de ellos, según pudo constatar Efe en el lugar, tuvieron que ser trasladados al hospital por presentar graves problemas respiratorios tras haber sido rociados en la cara con el gas pimienta.
AUMENTO DE LAS DETENCIONES
Además de los heridos por la represión policial de las protestas, numerosas personas fueron detenidas por los carabineros en el marco de las cargas policiales que realizaron a lo largo de la tarde y la noche.
En las jornadas previas no había habido tanta aglomeración de manifestantes, salvo el pasado domingo cuando se registraron fuertes disturbios y violencia en el centro de Viña del Mar, pero este viernes volvieron los enfrentamientos y las detenciones.
El centro de la urbe estaba plagado de motos, coches, furgones, autobuses, carros lanza-agua y carros lanza-gases y vehículos blindados que se movían en grupo sin parar por las calles aledañas a la Plaza Vergara tratando de controlar a los manifestantes y alejarlos de la Quinta Vergara, recinto del festival de música.
«CHILE NO SE RINDE»
A pesar de que ya son más de cuatro meses desde el inicio de las protestas sociales en Chile contra la desigualdad, que dejan al menos 30 fallecidos y miles de heridos y detenidos en todo el país, los manifestantes siguen saliendo a las calles a mostrar su descontento y clamar contra el Gobierno de Sebastián Piñera.
Javiera Nail, una manifestante y personal sanitario en el hospital de la vecina ciudad de Valparaíso, indicó a Efe que la revuelta social está lejos de acabarse y que el mes de marzo la ciudadanía retomará las calles con más fuerzas.
«Chile no se rinde y cada vez más gente se da cuenta de lo que está pasando y aquí estamos haciendo el aguante hasta el final. Cada vez son más las personas que se dan cuenta de que Chile no puede ser un país de ricos y pobres. Que en esta ciudad, donde existen los campamentos (favelas) más grandes del país, se esté realizando un festival que vale millones pesos», explicó.
Y criticó la basta presencia policial: «Hay miles de Carabineros y personal policial aquí hoy día. ¿Cuidando qué? ¿Qué va a hacer esta gente? ¿Los ven con armas? Tenemos pitos y sartenes».
Junto a ella, Ana María Carvajal, ataviadas ambas con máscaras para evitar el efecto de los gases lacrimógenos, dijo a Efe que «es pésimo» que los agentes del Estado disuelvan las manifestaciones y no les dejen expresarse.
«Es pésimo, no nos dejan manifestarnos, es un abuso. Muchas cosas son irregulares aquí, nos tienen presionados y no nos dejan poder expresar el descontento por lo que pasa en el país», afirmó Carvajal.
«Tenemos un presidente, Sebastián Piñera, que la gente no le quiere. Estamos todos descontentos por cómo están nuestros adultos mayores, hay mucha desigualdad, los políticos en este país ganan mucho dinero y está todo mal regulado, gente que gana mucho dinero y sueldos que son miserables», agregó la manifestante y trabajadora del hospital de Viña del Mar.
EFE