En la Clínica Alfa de Maiquetía están convencidos de que lo ocurrido el pasado martes 18 de febrero fue un milagro. Ese día recibieron a la paciente Holiday Ruiz, de 44 años, visiblemente descompensada por un terrible dolor abdominal que resultó ser apendicitis aguda, de acuerdo con las pruebas practicadas por el ecografista, según informó Ana María Príncipe, gerente de operaciones del centro de salud.
Explicó que al conocerse la emergencia se llamó de inmediato al médico cirujano Larry Camacho. Sin embargo, al momento en que se tramitaba el ingreso de la residente en Tanaguarena, Caraballeda, al quirófano para proceder a la operación, dijo se hubo una mala interpretación por parte de la recepcionista “que dice haber visto un compromiso de pago, que trató después de buscar para aprobar el caso administrativamente hablando, pero no lo consiguió, sino que indicó que el seguro no cubre la operación y así lo notifica a quirófano”.
Sostuvo que en ese momento la paciente estaba a punto de ser anestesiada. No obstante, minutos después salió por sus propios medios diciendo que ya no tenía el dolor agudo con el cual llegó y que está validado en su expediente médico. “Según nuestros exámenes y según el ecografista, la paciente tenía apendicitis”.
Príncipe contó que el doctor posteriormente les explicó que escuchó de boca de la paciente que ya estaba curada, que no tenía que ser operada. “Ella dijo que vio la presencia del doctor José Gregorio Hernández. Estaba conmovida. Temblando de la emoción”.
La gerente de la clínica afirmó que ya han recibido apoyo de parte de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV), que los está asesorando con la intención de documentar con la mayor cantidad de respaldos posible lo que allí ocurrió. Para ello una prueba elemental son los videos de la cámara de seguridad que muestran las condiciones en las que llegó la paciente al centro asistencial, así como los exámenes practicados.
“Aunque este es el primer caso documentado, a raíz de la noticia que se colgó en la cuenta Instagram de la clínica supimos de un caso que sucedió hace tiempo según el testimonio de un seguidor”.
Reiteró que, con el expediente en mano, no tienen ninguna duda de lo que allí sucedió fue algo divino, extraordinario. “Para nosotros ni para los médicos, que son hombres de ciencia, hay dudas de que se trata de un milagro. Una persona con 13 mil de blancos un día y al día siguiente con 7 mil eso es un milagro”.
Puntualizó que para que a una paciente en la condición de Ruiz pueda bajar tantos los glóbulos blancos deben estar sometida a un tratamiento a base de antibióticos y durante un lapso de tiempo prudente. Nunca de un día para otro como sucedió.
«Fui sanada y ahora no siento ningún dolor»
Tras pedir ayuda a sus compañeros a las 11:30 am fue trasladada a la Clínica Alfa de Maiquetía. Luego de practicarle los exámenes de sangre y eco abdominal los doctores no dudaron en diagnosticarle una apendicitis aguda con alto riesgo de peritonitis.
“Lo que faltaba era anestesiarme porque esta lista en la camilla acostada y todo. ¿Cómo que negaron la clave?, respondió uno de los doctores, qué raro, dijo. Me dejaron ahí y todos salieron”.
Ruiz contó que lo primero que sintió fue una pesadez en la vista y en segundos se quedó dormida por poco tiempo. “Cuando me desperté había un doctor al lado de mí. Cargaba un tapabocas, un gorro, una batola blanca, una camisa y pantalón azul como lo usan los médicos. No le paré, pero él empezó a quitarme todo: los electrodos. Y yo le decía que no me quitara nada de eso”.
Según esta mujer, que nació en Caracas, pero que tiene más de 28 viviendo en La Guaira, ese doctor era José Gregorio Hernández, conclusión a la que llegó después del milagroso suceso.
“Yo le dije que los médicos que estaban afuera me iban a operar, y él me dijo: ‘No, no te van a operar. Tú no tienes nada. Párate que tú te vas para tu casa. Usted no tiene nada’. De repente se quitó el tapabocas y el gorro: era José Gregorio Hernández. Cuando él me estaba tocando tenía las manos calienticas”.
Ante la pregunta si aquella persona era de carne y hueso, respondió: “Sí. Era real. Él me tocó para quitarme los electrodos. Sus manos eran calientes”.
Esta madre de tres hijos afirmó que también vivió un primer milagro hace 16 años cuando le dijeron que su segundo hijo iba a morir, pero también fue sanado por el venerable médico venezolano. En ese momento fue la mamá de Ruiz quien notó la presencia del médico, que también le retiró los aparatos que tenía el niño de 1 año conectados.
Sumida en llanto, refirió que el Dr. José Gregorio Hernández le ordenó que caminara y luego no supo más de él. “Yo tenía una crisis. Temblaba. Eso fue una cosa impresionante”.
El dolor que le hacía perder el conocimiento e incluso vomitar cesó de manera inmediata. De 13 mil en glóbulos blancos pasó al día siguiente a 7 mil. De no poder ni siquiera tocar su abdomen ahora los médicos podían empujar su vientre sin ninguna queja. Había ocurrido el milagro. Incluso, tan es así que los propios médicos que participarían en la intervención quedaron perplejos, pero convencidos. Uno de ellos hasta grabó un video contando lo ocurrido, el cual se hizo viral.
La creencia por el Dr. José Gregorio Hernández viene de la hija mayor de Ruiz. Ese día, en medio de aquel dolor, la mujer asegura que se encomendó solo a Dios. Sin embargo, desde aquel 18 de febrero su vida cambió. Ya no le duele nada, y eso que sus hijos le decían por cariño “María dolores”. Desde aquel 18 de febrero ahora todos los días le prende una vela al médico venezolano.
La Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) la contactó. Le pidieron que redactara un documento contando su experiencia, el cual será enviado a España. Ella espera que este sea el milagro que hace falta para lograr la beatificación del doctor nacido en Isnotú, estado Trujillo.