Muere Allen Garfield. Allen Garfield, el veterano actor de carácter que tuvo un papel vital en clásicos de los 70 como “The Conversation” (“La conversación”) y “Nashville”, muere a los 80 años de edad a causa del coronavirus.
Garfield falleció el martes en Los Ángeles de complicaciones del Covid-19 (coronavirus), dijo su hermana, Lois Goorwitz. Residía en la Motion Picture Television Fund Home, el hogar para jubilados de la industria del cine donde varios empleados y residentes han dado positivo al virus.
“Me hice actor para ser entrenado por los maestros, y lo fui en el Actor’s Studio”, dijo Garfield en una entrevista de la TV pública. “Desde el momento que pisé el Actor’s Studio, salí audazmente y dijo quién era, para bien o para mal. Puse mi estampa en cosas como actor y como director”.
Garfield, quien actuaba con naturalidad siguiendo el estilo de método, tuvo papeles de reparto importantes en algunas de las mejores películas de los 70, incluyendo “The Conversation” de Francis Ford Coppola, “The Candidate” (“El candidato”) con Robert Redford, “Nashville” de Robert Altman, “Bananas” (“La locura está de moda”) de Woody Allen, “The Front Page” (“Primera plana”) de Billy Wilder, “The Brink’s Job” (“El mayor robo del siglo”) de William Friedkin y “The Stunt Man” (“Profesional del peligro”) de Richard Rush.
A menudo interpretó a personajes parlanchines y ansiosos — vendedores, empresarios corruptos y políticos sudorosos. Eran universalmente auténticos, tanto que Garfield muchas veces fue subvalorado. En “The Conversation”, hizo del escurridizo experto en vigilancia Bernie Moran, un rival del personaje de Gene Hackman. Coppola lo volvió a contratar para “One From the Heart” (“Golpe al corazón”) y “The Cotton Club” (“Cotton Club”).
En “Nashville”, encarnó al manager y esposo de una cantante country interpretada por Ronee Blakly. Fue el jefe de policía en la cinta de 1987 “Beverly Hills Cop II” (“Un detective suelto en Hollywood II”), en la que le gritó iracundo a Eddie Murphy, Judge Reinhold y John Ashton antes de ser despedido.
En Hollywood muchos lamentaron su muerte. James Woods, quien trabajó con él en “Citizen Cohn” (“Ciudadano Cohn”), lo recordó como un actor “estupendo”. El escritor Don Winslow dijo: “Literalmente nunca vi una actuación de Allen Garfield que no fuera magnífica. Uno de esos actores no tan conocidos que hacen que todo aquello en lo que están sea mejor”.
Garfield, cuyo verdadero nombre era Allen Goorwitz, sufrió varios derrames cerebrales a lo largo de los años, uno de ellos antes de filmar “The Ninth Gate” (“La última puerta”) de Roman Polanski en 1999, y otro en 2004 que lo llevó a vivir en la Motion Picture Television Fund Home, ubicada en el vecindario de Woodland Hills en Los Ángeles.
Nacido en Newark, Nueva Jersey, se inició como boxeador y como periodista deportivo. Mientras cubría partidos de día para el Star-Ledger de Nueva Jersey, de noche estudiaba actuación y con el tiempo entró al Actor’s Studio. Ahí, estudió bajo la dirección de Lee Strasberg.
“Me hice actor para ser entrenado por los maestros, y lo fui en el Actor’s Studio”, dijo Garfield en una entrevista de la TV pública. “Desde el momento que pisé el Actor’s Studio, salí audazmente y dijo quién era, para bien o para mal. Puse mi estampa en cosas como actor y como director”.
Garfield, quien actuaba con naturalidad siguiendo el estilo de método, tuvo papeles de reparto importantes en algunas de las mejores películas de los 70, incluyendo “The Conversation” de Francis Ford Coppola, “The Candidate” (“El candidato”) con Robert Redford, “Nashville” de Robert Altman, “Bananas” (“La locura está de moda”) de Woody Allen, “The Front Page” (“Primera plana”) de Billy Wilder, “The Brink’s Job” (“El mayor robo del siglo”) de William Friedkin y “The Stunt Man” (“Profesional del peligro”) de Richard Rush.
A menudo interpretó a personajes parlanchines y ansiosos — vendedores, empresarios corruptos y políticos sudorosos. Eran universalmente auténticos, tanto que Garfield muchas veces fue subvalorado. En “The Conversation”, hizo del escurridizo experto en vigilancia Bernie Moran, un rival del personaje de Gene Hackman. Coppola lo volvió a contratar para “One From the Heart” (“Golpe al corazón”) y “The Cotton Club” (“Cotton Club”).
En “Nashville”, encarnó al manager y esposo de una cantante country interpretada por Ronee Blakly. Fue el jefe de policía en la cinta de 1987 “Beverly Hills Cop II” (“Un detective suelto en Hollywood II”), en la que le gritó iracundo a Eddie Murphy, Judge Reinhold y John Ashton antes de ser despedido.
En Hollywood muchos lamentaron su muerte. James Woods, quien trabajó con él en “Citizen Cohn” (“Ciudadano Cohn”), lo recordó como un actor “estupendo”. El escritor Don Winslow dijo: “Literalmente nunca vi una actuación de Allen Garfield que no fuera magnífica. Uno de esos actores no tan conocidos que hacen que todo aquello en lo que están sea mejor”.
Garfield, cuyo verdadero nombre era Allen Goorwitz, sufrió varios derrames cerebrales a lo largo de los años, uno de ellos antes de filmar “The Ninth Gate” (“La última puerta”) de Roman Polanski en 1999, y otro en 2004 que lo llevó a vivir en la Motion Picture Television Fund Home, ubicada en el vecindario de Woodland Hills en Los Ángeles.
EFE