En los años ochenta, en medio de una brutal guerra civil, un enérgico Daniel Ortega recorría cada pueblo de Nicaragua enfundado en su uniforme verde olivo de comandante de la Revolución Sandinista que en 1979 había derrocado a la dictadura de Anastasio Somoza.
Cuatro décadas después, la ausencia en público del presidente de Nicaragua, ahora de 74 años y con múltiples enfermedades, ha levantado todo tipo de cuestionamientos sobre su paradero y estado de salud.
Lo cierto es que Ortega tiene cuatro semanas de haber desaparecido de la mirada pública en medio de la crisis mundial por el coronavirus, y se estaría resguardando en su domicilio.
“No me extraña la ausencia de Ortega, ha sido un presidente ausente”, dijo a Reuters la exguerrillera sandinista Dora María Téllez, actualmente crítica del mandatario. “Siempre ha huido a los problemas, no me extraña que esté ausente en medio de la crisis del coronavirus”, agregó Téllez, exministra de Salud del gobierno de Ortega en los ochenta.
La última vez que se le vio en público fue el pasado 12 de marzo, cuando tuvo una breve participación en una conferencia del Sistema de Integración Centroamercianana (SICA).
Mónica Baltodano, exaliada del presidente, dijo que lo único que podría justificar su ausencia sería que estuviera realmente imposibilitado por sus padecimientos.
Reuters consultó al Gobierno por qué el presidente no ha aparecido en público, pero no obtuvo una respuesta inmediata.
SECRETO DE ESTADO
Las enfermedades de Ortega se han manejado como un secreto de Estado. Ha sufrido dos infartos a lo largo de su vida y en Cuba le descubrieron que produce exceso de colesterol, según una fuente cercana al mandatario.
El exguerrillero izquierdista dejó la presidencia tras unas elecciones en 1990 en las que triunfó una coalición conservadora. Volvió al poder en 2006 luego de que los partidos de derecha se dividieron.
Posteriormente, mediante una sentencia judicial pudo presentarse a la reelección en 2011 y modificó la Constitución para lograr su segunda reelección en 2016.
Desde entonces, ya no tiene las energías de antaño y es señalado por algunos de sus excompañeros de haberse convertido en un dictador como el Somoza que combatió.
Ortega ha enfrentado persistentes protestas contra su Gobierno desde abril de 2018, primero por planes de recortes a las prestaciones sociales que más tarde derivaron en manifestaciones más amplias que exigieron su renuncia.
“Su dinámica cambió completamente después de la campaña 2006 cuando le diagnosticaron lupus. Desde entonces se ha encuevado. Solo asistía a actos de noche, no puede asolearse y sus tratamientos lo inflaman”, dijo a Reuters una fuente de la Presidencia. “Yo pienso que está horrorizado de que alguien lo pueda contagiar”, añadió la fuente.
Nicaragua anunció el jueves el séptimo caso de coronavirus y ha reportado hasta ahora un fallecido, mientras médicos independientes cuestionan las cifras porque las autoridades no dicen cuántas pruebas han aplicado. Los contagios alrededor del mundo suman 1.5 millones con casi 90,000 decesos.
Las autoridades no han promovido el distanciamiento social en la nación centroamericana y más bien motivan a la población para asistir a la playa durante las vacaciones.
Reuters