Una diputada opositora y grupos de derechos humanos de Venezuela pidieron el sábado investigar la muerte de 46 reclusos en una cárcel del centroeste del país, y rechazaron la versión de las autoridades de que hubo un intento de fuga.
La ministra para el Servicio Penitenciario, Iris Varela, confirmó el viernes el incidente al medio local Últimas Noticias, y dijo que se trató de un intento de fuga, en el que fue herido con un arma blanca el director del penal, pero no ofreció más detalles, ni número de fallecidos.
Ni el Ministerio de Información ni la Fiscalía respondieron solicitudes de comentarios.
“Es como difícil creer que a la 1 de la tarde, a plena luz del día se vayan a escapar los presos por la puerta principal”, dijo Beatriz Girón, presidenta del no gubernamental Observatorio Venezolano de Prisiones.
Agregó que aparte de la versión oficial de la fuga, hay al menos otras dos hipótesis sobre lo ocurrido en el Centro Penitenciario de Los Llanos, en el estado Portuguesa, en el centroccidente venezolano, construido para albergar unos 750 detenidos, pero donde hay al menos 2.500, según la activista.
El incidente comenzó cuando algunos reclusos protestaban exigiendo el ingreso de la comida que les llevan familiares, pero también mencionan que un “pran”, o jefe entre los reclusos, ordenó un motín por la muerte a fines de abril, fuera de la prisión, de uno de sus colaboradores, indicó Girón y también no gubernamental Una Ventana a la Libertad, que trabaja en la defensa y promoción de los derechos humanos de los encarcelados.
La diputada opositora María Beatriz Martínez, de Portuguesa, y Girón dijeron que un oficial de la Guardia Nacional, que custodia la parte externa de las prisiones en Venezuela, fue el encargado “de la operación militar que generó esa masacre” y exigieron investigar lo qué realmente sucedió.
Las restricciones de visita a las cárceles son parte del esfuerzo para prevenir la propagación del coronavirus en sus prisiones superpobladas.
En Argentina y Perú, presos se amotinaron el mes pasado exigiendo la liberación de algunos reclusos por temor a la infección o demandando mejoras sanitarias para enfrentar el coronavirus.
Reuters