El déficit de combustible cambió de manera drástica la faena de los pescadores en el municipio Colón del estado Zulia. Como no tienen combustible, deben remar hasta ocho kilómetros y dormir hasta cinco días en la desembocadura del lago para lograr capturar los peces.
Así lo contó a El Pitazo Betulio Villasmil Mavares, de 26 años, el 7 de mayo. Este hombre trabaja en el mercado municipal y se encarga de comprar el producto que consiguen los pescadores y luego lo vende. A esto se dedica hace tres años.
Comentó que unos 60 pescadores pasan al menos dos días remando con canalete para llegar a la boca del Lago debido a las limitaciones para tanquear los motores fuera de borda que usan las embarcaciones.
«Cuando ellos llegan allá, en ocasiones deben dormir hasta cinco días para poder capturar los pescados, que luego venden en el sector La Curva de Colón, el principal centro de distribución de pescadería», precisó Villasmil.
Una vez que compra el resultado de la pesca, Villasmil descama los pescados y los vende en rodajas en la zona sur de Santa Bárbara de Zulia. Indicó que desde que se inició la pandemia y escaseó la gasolina, dejaron de comprar 75% de la mercancía. A inicios de la cuarentena, 5 millones de bolívares le rendían para comprar 100 kilogramos de pescados, pero ahora solo compra 15 kilos. «Los precios nos están matando por no tener gasolina», dijo.
El testimonio de este comerciante coincide con el de Alexánder Pineda, padre de cinco hijos y quien desde hace dos años y medio vende pescado para mantener a su familia en la subregión zuliana.
Pineda agrega que los lancheros no pueden navegar por el río Escalante. «Los canales están secos y sedimentados y los pescadores deben irse por el río Catatumbo para llegar al lago. No tienen otra manera de tener especies disponibles. Ese ha sido el negocio de toda su vida y poco a poco han dejado de pescar», asegura.
El revendedor indicó que además del aumento del precio de la gasolina en el mercado negro, se disparó el costo del hielo, que necesitan para refrigerar las especies. «Los que pescan exponen su vida. Deben llevar comida preparada o hacerla allá mismo en medio del agua. Luego de la faena, igual deben remar de retorno. La situación ha sido muy complicada durante estos dos últimos meses», apuntó.
Pineda aseguró que en los 52 días de cuarentena sus ventas han bajado en un 60%, y dice que de seguir la restricción, su negocio y el de unos 40 revendedores del municipio Colón se extinguirá. «Luchamos a diario por el pan diario. Esperamos salir de esta crisis que nos agobia», indicó.
El Pitazo