La fiscalía de Braunschsweig confirmó este jueves (04.06.2020) que se encuentra investigando a un alemán de 43 años por el presunto asesinato de Madeleine McCann. El portavoz Hans Christian Wolters dijo a la prensa que los persecutores trabajan bajo la hipótesis de que la pequeña, que desapareció en 2007 en Portugal, está muerta. Además, hizo un llamado a la ciudadanía para que entregue información que podría ayudar a resolver el caso.
La revista Der Spiegel identificó al sospechoso como «Christian B.”, quien fue enviado por Portugal de vuelta a Alemania en 2017, donde fue condenado por tráfico de drogas. En 2019 fue encarcelado por haber abusado sexualmente de una anciana. El sospechoso también había sido detenido en varias ocasiones por abuso de menores. Su vinculación en el caso surge porque el hombre vivió en Portugal entre 1995 y 2007.
La justicia de la ciudad portuguesa de Faro había adelantado la noche del miércoles que estaba interrogando a nuevos testigos. Agregó que existe un trabajo conjunto con «las autoridades británicas y alemanas». En otro texto, la policía judicial confirmó «elementos que parecen mostrar la posible participación de un ciudadano alemán». El mismo miércoles la policía alemana había anunciado que estaba investigando a un sospechoso por el «asesinato” de McCann.
Trece años de angustia
Los investigadores alemanes descubrieron que el sospechoso vivió en el Algarve portugués entre las fechas antes mencionadas, ocupando durante un tiempo una vivienda situada entre Lagos y Praia da Luz, cerca de donde desapareció Madeleine, que a la sazón tenía 3 años. El hombre, además de trabajar en la región, había cometido varios crímenes, en particular robos en hoteles y apartamentos.
A lo largo de 13 años, el caso de la pequeña Madeleine ha dado numerosos giros y ha provocado grandes decepciones. Centenares de personas han sido interrogadas, tanto por la policía portuguesa como por Scotland Yard. Madeleine McCann desapareció de su habitación el 3 de mayo de 2007, a pocos días de su cumpleaños, en un bloque de apartamentos en la costa de Praia da Luz, en el sur de Portugal, donde pasaba las vacaciones con su familia.
DW