La NBA creía que tenía asegurada la continuidad de su temporada tras la aprobación de los propietarios, pero los jugadores quieren jugar su parte. Se calcula que hasta dos tercios de los consultados por diversas fuentes podrían estar repensando la idea de acudir al complejo de Disney en Orlando. Lo que les frena no es sólo el virus y la pandemia derivada de él, sino que se haya juntado una reanudación ya de por sí cogida con pinzas con la explosión de las manifestaciones contra el racismo que en las últimas semanas se están dando en muchas ciudades de Estados Unidos. Y por ello hay una pugna abierta con discusiones abiertas entre los que tienen claro que quieren jugar y los que no lo ven de la misma forma.
La NBPA (Asociación de Jugadores de la NBA) ya había aprobado por unanimidad el plan de la Liga para reanudar la competición, 28 votos a favor por ninguno en contra, y su mayor crítica parecía estar en el descanso que merecen entre el final de esta campaña y el inicio de la siguiente, pero la tensión social ha ido en aumento y la conversación entre los actores principales de la NBA ha cambiado de enfoque.
Los hay que creen que se debe aprovechar ahora para hacer fuerza como plataforma pero fuera del escenario, como se habló en la multitudinaria reunión telemática de la noche de ayer, y los que consideran que la exposición de los partidos dará más fuerza a sus reivindicaciones. En esta segunda postura se encuentra un LeBron James que fue la ausencia más significativa de la mencionada reunión, organizada por su ex-compañero Kyrie Irving y donde estaba también el presidente del sindicato (que, además, es un muy buen amigo suyo), Chris Paul.
El eje Irving-LeBron
Conocidas son las diferencias entre los dos jugadores. Que Kyrie Irving forzara su salida de los Cavaliers en 2017 no supuso más que otro obstáculo en su relación. Son dos maneras muy distintas de ver el baloncesto pero también, como se comprueba ahora, de ver problemas como éste. La creencia de James, según expone Sam Amick en The Athletic, es que jugar al baloncesto no le priva de seguir ejerciendo su poder para concienciar a los aficionados y el resto de ciudadanos. Recientemente ha vuelto a posicionarse políticamente de cara a las elecciones presidenciales que tienen lugar este año, por ejemplo, además de su aplaudido programa I Promise.
No deja de ser curioso, por otra parte, que Irving sea la voz de los rebeldes en el punto en el que está: sabiendo que él no jugará por lesión, habiendo pedido ir a Orlando y que se le hubiera denegado la petición, votando a favor para unos días después mostrarse abiertamente en contra… Su posición y, por extensión, la de los demás queda tocada por los bandazos a los que tiene acostumbrados.
LeBron James y los Lakers
Para que se vea el efecto que tiene esta discusión interna en la NBA se pude coger a un equipo como Los Angeles Lakers, donde LeBron James es la estrella, y ver lo que allí ocurre. En la reunión de Irving hubo compañeros de ‘The King’ que se mostraron contrarios a su idea, como Dwight Howard, o que dijeron que se lo pensarán seriamente, como Avery Bradley. La unión es complicada incluso en los equipos.
El representante que votó que sí a la continuación de la NBA fue Danny Green, elegido como delegado para asuntos a tratar con el sindicato. Una de las razones por las que se ha levantado polvareda es que, como cita Chris Haynes en Yahoo, muchos no han tenido ni voz ni voto en la decisión de la NBPA y ésa es la facción que ahora se ha levantado contra la aprobación del 5 de junio.
Incluso en uno de los equipos con más posibilidades de ganar el campeonato, que todo suma para llegar a una conclusión final, las dudas han empezado a surgir.
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