El número real de muertes por coronavirus en China podría ser 10 veces más alto de lo que muestran las estadísticas oficiales, según un estudio. Investigadores estadounidenses llegaron a la conclusión de que el régimen de Beijing encubrió el verdadero tamaño de su epidemia. Los expertos usaron la actividad de los crematorios y funerarias en Wuhan para tratar de calcular números exactos.
Así, encontraron que la ciudad -donde la pandemia comenzó en diciembre- puede haber quemado entre 800 y 2.000 cuerpos cada día en la segunda semana de febrero, cuando el número oficial de muertes esas misma fechas en toda China fue sólo de alrededor de 700.
Los informes de 86 crematorios de Wuhan que funcionaron las 24 horas del día a plena capacidad ponen en duda que el número de personas que murieron entonces fueran sólo unos cientos, asegura el trabajo. El estudio revela que con esos datos, para el 23 de marzo, alrededor de 36.000 personas habían muerto sólo en Wuhan. La cifra oficial para toda China en ese momento era de 2.524.
La investigación sobre las operaciones de cremación en Wuhan fue realizado por expertos de la Universidad de Washington, la Universidad Estatal de Ohio y la empresa de comunicaciones estadounidense AT&T. Fue dirigido por Mai He, un patólogo de Washington. El estudio -publicado en medRxiv- no ha sido revisado por otros científicos o publicado en una revista revisada por pares, lo que significa que los expertos no han señalado defectos en la metodología para que He y sus colegas la enmienden. Sin embargo es allí donde se publican las primeras versiones de todos los estudios.
El equipo escribió: “Las estimaciones acumuladas, basadas tanto en la distribución de urnas funerarias como en el funcionamiento continuo a plena capacidad de los servicios de cremación hasta el 23 de marzo de 2020, dan resultados de alrededor de 36.000 muertes, más de 10 veces el número oficial, que para entonces fue de 2.524”.
“Nuestro estudio indica un importante subregistro en los datos oficiales chinos sobre la epidemia de Covid-19 en Wuhan a principios de febrero, el momento crítico para la respuesta a la pandemia allí”, denuncia.
He y su equipo tuvieron en cuenta la velocidad a la que el coronavirus se estaba propagando en la China antes del confinamiento, su tasa de mortalidad, la capacidad del crematorio en Wuhan, y el número de urnas que estaban siendo compradas por las funerarias.
Revelaron que, en actividad regular, todos los crematorios de Wuhan -siete con 86 hornos- normalmente creman alrededor de 136 cuerpos por día y funcionan durante cuatro horas. Pero en febrero, las horas de operación se ampliaron a 24 horas al día y el personal del crematorio fue reclutado en otras ciudades. Este aumento de la tasa de cremación, combinado con medidas que reducen el tiempo de cremación en media hora por persona, la cifra aumenta a entre 680 y 2.000 cuerpos adicionales por día.
Así, para el 23 de marzo, 36.720 personas podrían haber muerto y haber sido cremadas en Wuhan, según calcularon los investigadores.
Las cifras a las que arribaron los investigadores también se compararon con la compra de urnas por parte de las funerarias. El trabajo revela que una sola funeraria había comprado 5.000 urnas extra. Y apunta que esa compra habría sido suficiente para manejar el doble de los restos de todas las víctimas del coronavirus de Wuhan -2.524 según el régimen chino-, y más que suficiente para manejar todas las muertes de Covid-19 reportadas para esa fecha en todo el país, otras 3.277.
La investigación afirma que si se aplica a toda la ciudad esa cantidad extra de urnas compradas, es decir multiplicando esas 5.000 urnas adicionales para cada una de las funerarias, el aumento de urnas sugería que el número de muertes sería significativamente mayor a los datos oficiales.
“El número potencial de muertes relacionadas con Covid-19 por distribución de urnas para Wuhan podría ser de 35.708 para siete funerarias”, reveló He. Y agregó que la cifra es “consistente” con el estimado lineal de 36.720 al que habían llegado basándose en la operación del servicio de cremación.
Es más, las estimaciones de 35-36.000 muertes, dijeron los investigadores, no tuvieron en cuenta el hecho de que China además instaló 40 crematorios móviles en la ciudad durante la epidemia. Esos servicios móviles eran capaces de destruir hasta cinco toneladas de ‘desechos médicos’ cada día, dijeron. “Por lo tanto, los cálculos aquí podrían ser subestimaciones significativas”, advirtieron.
El estudio admitió que sus cifras eran sólo aproximadas y podían contener errores, pero que la lógica apunta a que las cifras podrían ser mucho más altas que las dadas por China.
El régimen chino asegura que su total de muertos por COVID-19 fueron 4.634 personas, y que los casos totales fueron 83.265. Las cifras oficiales, afirman que el 98% por ciento de las muertes por coronavirus registradas han ocurrido en la provincia de Hubei, de la que Wuhan es la capital. Ahora, este estudio, que denuncia un aumento exponencial de víctimas fatales, se suma a las afirmaciones de que China no ha sido transparente en cuanto a la gravedad exacta del brote, que luego se propagó por todo el mundo matando a más de 450.000 personas.
Beijing está bajo escrutinio internacional por su manejo de la crisis. Desde diciembre de 2019, cuando el mundo se enteró del nuevo coronavirus, ha ocultado información y se encargó de obstaculizar los accesos internacionales para verificar que no se trate del producto de un laboratorio. El régimen chino sometió a su población a la exposición del virus letal y, una vez que el brote se transformó en pandemia, intentó contrarrestar las críticas argumentando que hay una conspiración en su contra. Las primeras víctimas de este tipo de ocultamiento fueron los propios habitantes de Wuhan, quienes no fueron advertidos a tiempo por las autoridades que mintieron permanentemente sobre las cifras y la gravedad del caso. Recién el 22 de enero, más de tres meses después de iniciada la pandemia, decidió aislar totalmente a la población de aquella ciudad para hacerlo posteriormente en la provincia de Hubei.
Cercado por sus propios muertos- que se cuentan por miles-, Estados Unidos reúne día a día más información para responsabilizar a China de la mala gestión de la pandemia.
Pero EEUU no es el único que desconfía, sino que un informe de la alianza de agencias de inteligencia “Five Eyes” -compuesta por Estados Unidos, Reino Unido, Canadá, Nueva Zelanda y Australia- asegura que Beijing ocultó información. Según el documento, existen pruebas de que el virus se originó en el Instituto de Virología de Wuhan, cerca del mercado húmedo de donde China dice que proviene. Afirma, además, que el gobierno asiático encubrió la noticia del virus silenciando o “desapareciendo” a los médicos que hablaron, destruyendo las pruebas del virus en los laboratorios y negándose a proporcionar muestras vivas a los científicos internacionales que trabajan en una vacuna.
Infobae