10 médicos de Clínica Popular El Valle renuncian por riesgo de contraer Covid-19

El temor a contagiarse del nuevo coronavirus mantiene en estado de alarma al personal de la Clínica Popular El Valle. La falta de respuesta al reclamo sobre la urgencia de mejorar la dotación de equipos de protección contra la enfermedad viral, justificó la renuncia de 10 médicos residentes en las últimas cuatro semanas. Estas salidas abruptas comprometen la atención en el centro de salud situado en el suroeste de Caracas.

Hasta el pasado viernes, 24 de julio, ocho residentes del penúltimo año de Medicina de la Universidad Central de Venezuela (UCV) habían renunciado a la institución. A esa lista se sumaron dos residentes de la misma promoción la mañana de este lunes, 27 de julio, confirmó a El Pitazo un grupo de trabajadores. Los médicos, quienes cumplían en el centro asistencial un requerimiento académico para completar su formación, habían pedido desde la llegada de los primeros pacientes con COVID-19 la entrega de insumos de bioseguridad.

“Ya son 10 médicos de la UCV que renunciaron. Este lunes nos confirmaron los dos más recientes. Ellos estaban en la clínica cumpliendo con el artículo 8. La mayoría de los que quedamos ahora somos de la nómina. Se aprovechan de nuestra situación. Está bien necesitamos el trabajo, pero el sueldo no nos alcanza ni para una medicina. Sin las condiciones mínimas de bioseguridad para todo el equipo, ¿cómo se prestan los servicios que el paciente requiere?”, señaló Edimir Blanco, enfermera del turno nocturno.

Capacidad desbordada
La enfermera agregó que en la jornada, dividida en tres turnos, solo se entrega un par de guantes y un tapabocas por trabajador. Este hecho contraría la norma de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que estipula que para el personal en contacto directo con contagiados o sospechosos de portar el virus estos insumos deben cambiarse regularmente a lo largo del día. En el caso de los guantes se sugiere un par por cada paciente atendido.

Al establecimiento, que no está incluido en la lista de centros centinelas para la atención de pacientes, han llegado desde abril una docena de diagnosticados a quienes no se le garantiza más que el aislamiento. De este número cuatro pacientes se han fugado por las deficiencias en la atención, alegó Blanco. La enfermera enfatizó en que la institución no cuenta con los equipos para el abordaje de los casos moderados o graves de la enfermedad.

“En una guardia de la semana pasada se entregó una carta donde señala que la clínica no está apta para recibir a esos pacientes (con coronavirus). Pero por lo visto hicieron caso omiso a nuestra posición. Siguen trayendo pacientes, aunque en el área de COVID-19 no hay quien los atiendan ya que nadie se quiere meter para allá por la bioseguridad. ¿Quién nos asegura nuestro bienestar desde el momento que pongamos un pie en la clínica?”, cuestionó.

Dilema ético
Otro de los denunciantes, que optó por reservar su identificación, precisó que el centro de salud solo cuenta con condiciones mínimas para atender enfermedades respiratorias graves. La sala dispuesta para el abordaje de pacientes con COVID-19 apenas está equipada para tratar casos de asma bronquial o pulmonía. Agregó que no poseen ventiladores mecánicos, por lo que los casos severos se remiten al Hospital Periférico de Coche.

“No hay máquinas para dar respiración asistida. Puro oxígeno. Eso es para casos de asma, bronquitis o pulmonía. Por eso se han escapado los pacientes. Y a los que se agravan se les busca cupo en algún hospital. Realmente es muy poco lo que podemos hacer con un paciente con coronavirus que se complique”, alertó.

El trabajador también se refirió al conflicto ético que representa para el personal negarse a recibir pacientes. Subrayó que el riesgo de contagio por coronavirus en el personal de salud es de los más altos del continente. En ese sentido hizo referencia al reporte de muertes atribuibles al COVID-19, sobre todo en el estado Zulia, donde han fallecido 14 especialistas.

“Sabemos que para este gobierno la autonomía ética no existe. Moralmente todos nosotros podemos decir no. Pero cada quien debe asumir las consecuencias de decir no. A nadie se le dice qué hacer. Hemos presionado, hecho ver la situación y no se nos ha atendido. Los primeros desatendidos en esta pandemia somos los trabajadores de la salud”, adujo.

Hasta esta publicación El Pitazo intentó infructuosamente contactar a representantes de los residentes que renunciaron. Tampoco se conoce un pronunciamiento oficial de la Facultad de Medicina de la UCV. El llamado artículo 8 es un requisito indispensable para el ejercicio de la medicina en Venezuela. No obstante, no impide la obtención del título.

El Pitazo

Entérate al instante de más noticias con tu celular siguiéndonos en Twitter y Telegram
Suscribir vía Telegram

Lea también

Le puede interesar además

Loading...

Tu opinión vale...