Según la Real Academia Española, fracaso se define como el malogro o resultado adverso de una empresa o negocio; también, lo define como un suceso lastimoso, inapropiado y funesto. Por tanto, no podemos como líderes, como dirigentes o como ciudadanos que buscamos un cambio positivo para el país, equivocarnos en nuestras acciones, en nuestras estrategias o decisiones. Sí no nos entendemos apropiadamente, fracasaremos en la construcción de la Unidad Nacional, así, fracasamos todos, fracasaremos por separados y lo más grave, corremos el riesgo definitivamente de perder el país.
En relación con las decisiones que ha tomado el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), controlado desde Miraflores, devolviendo al partido Primero Justicia (PJ) su autonomía, pero colocando una nueva directiva ad hoc, a conveniencia de Maduro y sus cómplices del CNE, revela el desinterés del régimen por abrir espacios democráticos para el diálogo, el entendimiento, la concertación del país que todos queremos. Por eso, debemos insistir en la necesidad de la Unidad Nacional para lograr la reconstrucción de Venezuela.
No podemos esperar que el fracaso nos enseñe nuevamente la desilusión de construir un nuevo país. Nos entendemos o desaparecemos, ese no es nuestro objetivo político. Nuestro propósito es lograr los cambios y las transformaciones que el país reclama, luchar por lo que la gente necesita cada día: Comida, agua potable, gas doméstico, electricidad, medicinas, gasolina, seguridad personal, protección de los DDHH, trabajo, educación, condiciones estables de sanidad, transporte público, lucha frontal contra el covid-19, entre otros servicios básicos.
Para Maduro ya es tarde, es un mandatario desgastado, sin mensaje al país, sin plataforma política electoral y sin seguidores, su equipo de cómplices en siete años destruyeron al país, sobre todo, la estructura productiva, laboral, educativa, ecológica, además, no posee conexión social, política, ni economica, el rechazo de la sociedad hacia él y sus camaradas, supera el 90%, lo cual significa un verdadero fracaso y una excelente OPORTUNIDAD para la oposición, es más, está comprobado que la corrupción de su administración, se tragó la revolución y el Pueblo lo sabe.
La política está para solucionar los problemas, no para crear nuevos inconvenientes, por eso, los políticos venezolanos estamos obligados a entendernos con sinergia, bajo criterios de humildad política, sin prejuicios, apartando rivalidades individualistas, protagonismos, confrontaciones estériles, orientar nuestro discurso hacia la concertación, la conciliación y la UNIDAD NACIONAL.
El fracaso de la política es un fracaso de todos. No alcanzo a creer que el mensaje de Unidad, discusión y entendimiento hecho por el Diputado Juan Guaido sea interpretado como una inmadurez política, no es verdad, esa iniciativa intenta consolidar la Unidad. La aparición de nuevos actores reconocidos, no puede descalificar el llamado a la Unidad. Juan Guaido, no está debilitado, su mensaje ha tomado una fuerza social importante, se convierte en un arma importante y segura para las circunstancias que nos esperan, porque se avecinan momentos muy duros y nuevos episodios de tensión a los cuales debemos dar respuesta.
Si Fracasamos en la política unitaria, fracasamos en la capacidad de entendernos.
Joaquín Chaparro Oliveros / @joaquinchaparro