En una actuación memorable al debutar en un Tour de Francia, Tadej Pogacar se proclamó el domingo campeón de la máxima prueba del ciclismo mundial en la víspera de cumplir sus 22 años.
Pogacar se convirtió en el segundo campeón más joven en los 117 años de historia de la carrera, que se pudo completar en medio de una pandemia de coronavirus que en los últimos días ha empeorado en Francia.
Portando una máscara amarilla para combinar con el maillot amarillo de ganador, Pogacar subió a lo más alto del podio con el atardecer de fondo. Se transformó de un prodigio prometedor en una superestrella del ciclismo, el ganador más joven desde la Segunda Guerra Mundial y el primero proveniente de Eslovenia. Aunque la máscara escondió su sonrisa, las arrugas en los ojos revelaron su sonrisa.
“Es lo mejor de lo mejor”, dijo. “Han sido unas increíbles tres semanas de aventuras”.
Su victoria fue increíble, por la manera cómo la consiguió: en el último aliento, al emerger victorioso en la penúltima etapa previo a la procesión hacia los Campos Elíseos de París.
A lo largo del maratón de ciclismo en las cinco cordilleras de Francia y los 3.482 agotadores kilómetros (2.164 millas), Pogacar mantuvo el liderato de la carrera y la icónica casaca amarilla sólo una etapa., la última y más importante para llegar a París, con una bicicleta amarilla para combinar.
En una dramática contrarreloj el sábado, Pogacar dejó a todos sin alientos al quitarle el liderato general a su compatriota Primoz Roglic.
Fue el primer 1-2 de un país desde que los británicos Bradley Wiggins y Chris Froome acabaron en ese orden en el Tour de 2012. El australiano Richie Porte, a sus 35 años, completó el podio, tras una brillante cronometrada que le permitió saltar del cuatro al tercer puesto general.
El ciclista irlandés Sam Bennett ganó el prestigioso sprint final hacia el bulevar de los Campos Elíseos, su segundo triunfo en una etapa de este Tour. También ganó la camiseta verde, que se le otorga a quien tiene más puntos en los sprints durante y al final de las etapas.
Con cazabombarderos dejando estelas de rojo, blanco y azul en el cielo parisino sobre el pelotón, el Tour también cantó victoria — sobre el coronavirus.
Cuando el Tour, pospuesto debido a la pandemia de su usual fecha en julio, largó en Niza hace tres semanas, no estaban seguros que suficientes corredores se mantendrían sanos para la llegada a París.
Ninguno de los 176 corredores que tomaron la largada, o los 146 que llegaron a París, dieron positivo en los múltiples tests, avalando la burbuja sanitaria establecida por los organizadores del Tour para evitar contagios.
Aficionados a lo largo del camino vitorearon a los competidores, respetando la petición de los ciclistas de que utilizaran máscaras. En las salidas y llegadas los mantuvieron alejados.
Los únicos casos positivos de Covid-19 afectaron a unos cuantos empleados de los equipos y al director de la carrera, incluso cuando los casos incrementan en todo el país.
El director Christian Prudhomme regresó tras una semana en aislamiento. Con un cubrebocas dio la señal de salida en la etapa del domingo en Mantes-La-Jolie, al oeste de París, ondeando la bandera desde su vehículo.
Pauline Bourbonnaud, una estudiante de podología de 22 años, dijo que no fue nada menos que “una proeza, algo enorme”, que el Tour terminara sin que ningún corredor diera positivo. En Tours anteriores, Bourbonnaud solía presenciar la carrera por la región central de Francia. Después de que pospusieron la carrera este año a septiembre y ella de vuelta en París para estudiar, le permitió ver el tramo final por primera vez.
“Es importante tener eventos como estos que distraen. La gente necesitaba al Tour después de un año como este”, dijo.
El Tour recibió el respaldo de unas de las personas más poderosas: el presidente francés Emmanuel Macron. Su gobierno está intentando revivir la economía francesa golpeada por el Covid-19. Macron elogió a la carrera y la consideró “el orgullo del país” y un ejemplo de cómo se debe aprender a vivir con el virus y las restricciones impuestas.
“¡Incluso en septiembre, el Tour de Francia fue mágico!”, publicó Macron en Twitter el sábado después de que Pogacar superó a Roglic en la contrarreloj.
Después de un inicio aburrido, con múltiples caída, la competencia fue cada vez más fuerte.
Roglic, el ganador de la Vuelta a España y favorito para llevarse este Tour, tenía el respaldo del poderoso equipo Jumbo-Visma. Asumió el liderato en la novena etapa y parecía dispuesto a celebrar en París.
Pero Pogacar, su rival del UAE Team Emirates, hizo caso omiso del guion.
Primero borró la ventaja de 57 segundos de Roglic y luego sacó su propia diferencia de 59 segundos en la contrarreloj, un vuelco inusitado.
La irrupción de Pogacar deberá remecer el ciclismo por muchos años. Sus futuros rivales no permitirán que se repita el error de Jumbo-Visma de dejarle cerca, como ocurrió cuando se vio afectado por los vientos en la primera semana y quedó 16to.
Al conquistar el Tour en su primer intento, Pogacar se suma a un grupo de élite de novatos que se coronaron campeones. Ahí están el legendario Eddy Merckx, que terminó ganando cinco. Pogacar destronó al colombiano Egan Bernal, quien tenía 22 cuando se coronó el año pasado, entonces emergiendo como el campeón más joven desde la Segunda Guerra Mundial. Y acaba como el segundo más joven de todos los tiempos, por detrás de Henri Cornet, quien estaba por cumplir los 20 cuando se consagró en 1904.
AP