El estadounidense Kevin Kinard encontró un diamante en el parque estatal Cráter de los Diamantes, en el estado de Arkansas, el único yacimiento de diamantes del mundo abierto al público.
Según relató Kinard a AP, él y sus amigos tomaron los tamices y otros instrumentos que el parque ofrece a los visitantes para que prueben su suerte como buscadores de diamantes. Kevin, que es director de banco, estuvo cribando en el agua durante unos diez minutos cuando decidió que prefería explorar la zona de tierra arada, otro lugar de este parque de más de 15 hectáreas donde los turistas pueden investigar. Entonces vio una pequeña piedrecita. Aunque creyó que era un pedazo de vidrio, la puso en su bolsa porque “se veía interesante y brillaba”.
Varias horas después, una amiga de Kinard pidió a los empleados del parque que inspeccionaran sus hallazgos. Kevin creía que no era necesario que analizaran el suyo, convencido de que había encontrado una baratija. Sin embargo, al observarlo, uno de los empleados le comunicó que lo que tenía en las manos era ni más ni menos que un diamante de 9,07 quilates, el segundo más grande que se ha encontrado en los 48 años de historia del parque.
“Honestamente, se me humedecieron los ojos cuando me lo dijeron. ¡Quedé totalmente impactado!”, recuerda Kinard.
El hallazgo tuvo lugar el 7 de septiembre, unos días después de que la tormenta Laura descargara más de cinco centímetros de agua sobre el territorio del parque y de que el personal de la instalación arara el suelo, de manera que las condiciones eran perfectas para encontrar un diamante, explica el superintendente adjunto del parque, Dru Edmonds.
“El sol había salido cuando el Sr. Kinard hizo su visita, y caminó por el camino correcto para notar la luz del sol reflejada en su diamante”, señaló.
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