Se está rodando una película distinta a nuestro favor. Ya el mundo no está enroscado de brazo y viendo sin opinión alguna, a un país trepidante, demolido y con gemidos perdidos e inconcebibles. Costó hacerle entender al planeta que no eran figuraciones ni meras diferencias políticas.
No sé si utilizó un espionaje institucional o se basaron en una investigación con métodos científicos, pero el resultada llega hasta a ser sorprendente. Vimos convicciones y propósitos firmes.
La ONU se lo tomó en serio; sigue opinando y soltando cifras consustanciales. Fue la propia Bachelet – percibiendo nuestros sueños amargos y nuestra vida exaltada a la tristeza-, quien tuvo una intervención conveniente para explicar líneas precisas del informe.
Habló de más de dos mil muertes este año en Venezuela, por la utilización extrema de la violencia por parte de los cuerpos seguridad del gobierno. Destacó los operativos dados a la injusticia y hasta mencionó la manipulación de la evidencia, para presentar los hechos como un enfrentamiento.
No alucinamos. No es la voracidad de las emociones. Ni siquiera un desvarío político. Es que estamos inmersos en una de las dictaduras más atroces, con instintos brutales desmedidos y capaces de hacer lo que sea por mantenerse en el poder. Su principal carta es la repartición de la pobreza y hacerla un estilo de vida para todos. En inventarse poderes a la fuerza y hacerlos parecer como piezas de la democracia.
Hay motivos para creer que lo lograremos. La Asamblea General de la ONU removió para bien, mis lealtades hacia la fe. Fue todo digital por la pandemia, pero no disminuyó su contundencia. Intervino Juan Guaidó casi como un mandatario más, haciendo ese llamado tan necesario y apelando a un discurso coherente. Reconoció con voz aplomada y segura, que la diplomacia ha llegado tarde o simplemente no ha llegado.
Pero emitió el vocablo anhelado. No exigió una intervención militar. Sería un sinsentido en un organismo edificado para la paz. Solicitó con firmeza la activación del principio de responsabilidad para proteger a los venezolanos. Esta petición, conjugada con el análisis del informe sobre los crímenes impulsados desde Miraflores y las faltas a los derechos humanos, parece abogar de manera formal, por una actuación auténtica internacional para solucionar los desmanes nacionales.
Decenas de países condenaron los abusos mostrados en el informe. Lo expresaron en sus intervenciones, nutridas de alegatos y con espanto por las torturas, las vejaciones y la carencia de humanismo en nuestro país. Una toma de conciencia necesaria y esperamos efectiva en el futuro.
Pero los cimientos no se mueven, sino se enlazan varios esfuerzos. Las sanciones haciendo lo suyo. La futura extradición de Saab. La actuación de la oposición, siendo unida, valiente y decidida. Y un pueblo consciente sobre la hora cierta para aglutinar voluntades y hacer valer su deseo de vivir en libertad.
La semana pasada se suscitaron 47 protestas en 17 estados del país. Poco puede emitirse esta información en los medios de comunicación, ante el riesgo de la arremetida del régimen. Pero esta inconformidad del pueblo es evidente. Nada funciona, el combustible casi desaparecido y con una calidad dudosa, mientras todos los servicios ineficientes, exiguos y rozando el primitivismo.
Las elecciones parlamentarias programadas para este año me han parecido una quimera desde el principio. No sé hasta qué punto el régimen puede tensar la lona de su sistema indecoroso. Nadie las avala y no creo que la misión de la Unión Europea tenga el propósito de visitar Venezuela, para observarle algún punto a favor a las condiciones, cuando el mundo casi en su totalidad ya le ve las costuras a la tiranía.
Se escuchan mejor ahora todas nuestras urgencias. La demanda del principio de responsabilidad para proteger a los venezolanos tiene la intención de abogar ante la comunidad internacional, para auxiliarnos ante estos crímenes de lesa humanidad. Por eso se han dado dos pasos determinantes. Un informe esencial y una petición efectuada en la organización apropiada.
Veo mejores fundamentos para avanzar en la meta. La alarma se activó más sonora y la ha escuchado el planeta entero. No tengo razones para disminuir los bríos y percibo más cercano el panorama efectivo para lograr nuestro empeño.
MgS. José Luis Zambrano Padauy / zambranopadauy@hotmail.com / @Joseluis5571