Los casos de desnutrición y tuberculosis aumentaron dentro de los calabozos de Venezuela en medio de la pandemia por la COVID-19, según un informe publicado este miércoles por la organización no gubernamental “Una Ventana a la Libertad”, que defiende a la población reclusa.
“Se constató un incremento importante en el número de privados de libertad con cuadros severos de desnutrición y un aumento en el número de casos de tuberculosis en los calabozos policiales”, dice el informe que fue elaborado entre mayo y septiembre con datos de 60 calabozos de Caracas y de sus vecinos estados de La Guaira y Miranda.
El escrito señala que, debido al confinamiento que rige desde marzo, cuando se detectaron los primeros casos de coronavirus en el país, se ha limitado la atención médica a los reclusos y este contexto “también ha impedido tener información detallada y actualizada sobre el número de personas detenidas con VIH”.
Además, durante esos cinco meses, fallecieron 14 internos, de los cuales 8 murieron por tuberculosis, dos por paro respiratorio, uno murió de un infarto, dos por problemas coronarios y uno por fractura craneal, siempre según el informe de “Una Ventana a la Libertad”.
RADIOGRAFÍA DE LOS CALABOZOS
Estos 60 centros suman una capacidad estimada para albergar a 2.180 personas pero tienen una población de 5.218, entre ellos 69 menores de edad, lo que implica un hacinamiento de 239,40 %.
“Solo en 6 de los 60 centros de detención preventiva se ofrece atención y control médico para las privadas de libertad en estado de gestación”, señala el informe.