Todos recuerdan al inefable “Polo Patriótico”, partidos prorrégimen que, ante la negativa de abandonar sus siglas, fueron en cambote junto al Psuv en los simulacros electorales perpetrados en el país por instituciones secuestradas por el chavismo. Ese “Polo Patriótico” fue tratado como se lo merecían, se conformaron con migajas que el régimen les otorgó, incluso violando sus propios acuerdos.
Ahora en 2020, ante la inercial debacle del chavismo en las manos de su heredero (Maduro), esa alianza fue quebrantada por desacuerdos entre los mismos cómplices, partidos políticos a favor del chavismo fueron víctimas del TSJ rojo rojito, siéndoles impuestas directivas tal como lo hicieron con las organizaciones más representativas de la oposición, el régimen impuso directivos que le inspiraran plena confianza y se prestasen a la farsa electorera.
Insistimos en lo de “farsa” porque el solo hecho de existir un CNE parcializado, además de siglas de partidos secuestrados, uso discrecional de todos los recursos públicos a favor del chavismo y en detrimento de la oposición real, no existe un proceso electoral constitucional ni democrático, no hay competitividad, es un evento previamente pactado entre sus participantes.
He ahí el dilema, el 6D no cuenta con oposición venezolana, mal que bien, la oposición reconocida dentro y fuera de Venezuela es la de Juan Guaidó y sus aliados orgánicos, los verdaderos partidos, su dirigencia, su militancia. Una pausa, sí bien es cierto la mayoría de estas organizaciones requerían (de acuerdo a sus estatutos) renovar sus directivas, lo perpetrado por el TSJ deparó una situación mucho peor, mucho más lúgubre. Lo correcto es realizar las primarias, que sea la militancia quien elija sus líderes, no un órgano publico secuestrado.
La decisión de imponer estas directivas ocurre porque las directivas naturales se oponían participar en las parlamentarias del 6D, por los motivos ya suficientemente claros para el mundo. Además, más de 17 años votando con la maldición de las “condiciones mínimas” depararon solo derrotas a los venezolanos aún cuando ganaban, no hubo forma ni manera que aquellas instancias de poder libradas del chavismo pudieran ejercer sus competencias ni facultades constitucionales, una a una fueron anuladas inconstitucionalmente.
Sin embargo, 3 años de abstenciones propinaron al régimen la estocada final, tras la negativa de los venezolanos a continuar votando en farsas electorales, desde 2017 los “procesos electorales” han tenido como eje transversal históricas abstenciones, tanto que la misma Smartmatic tuvo que dejar el país por no estar de acuerdo con los resultados suministrados por el CNE en nada más y nada menos la “constituyente”. La abstención dejó al régimen aislado, sin reconocimiento, a margen absoluto de la legalidad y la legitimidad… las parlamentarias de este 6D tendrán mismo trato ciudadano e internacional.
De este modo, así como desde 2017, el régimen va solo a su pantomima electoral parlamentaria, esta vez, se hace de un nuevo Polo Patriótico llamado “Alianza Democrática” al que su directiva (los impuestos por el TSJ) seguramente saldrán electos por ese menos del 20% que acudirá a votar, porque ni gordos ni perezosos encabezan las listas de los partidos que usurpan. Así, el chavismo obtendrá su “mayoría absoluta” y todos ellos felices… mientras, la realidad del venezolano se reboza de racionamientos, controles, una injusta sobrevivencia cada vez más dura de soportar.
Leandro Rodríguez / @leandrotango