La poca transparencia del origen de las grandes cantidades de la moneda norteamericana que circulan en el país suramericano generan dudas en el sistema bancario internacional.
La gran expectativa generada por la promesa de activar cajeros automáticos que dispensarían dólares en Venezuela se frustró esta semana.
La empresa AKB Fintech, que había anunciado la instalación de esos equipos en tres de las principales ciudades de Venezuela, frenó intempestivamente la iniciativa.
En el comunicado hecho a través de sus redes sociales, la firma argumentó que había tomado la decisión de paralizar la implementación d los cajeros en dólares por la «confusión y las dudas» que generaron el anuncio.
Según se había conocido, AKB quería aprovechar el vacío legal que existe en el ordenamiento jurídico aplicado en Venezuela y que no prohíbe explícitamente el dispendio de dólares en cajeros automáticos. Tampoco hay ley alguna que autorice ese tipo de transacción.
Según planteaba la empresa AKB el procedimiento iba a ser sencillo. La emisión de dinero en efectivo se haría solo a través de una tarjeta digital, otorgada por el sistema de la billetera MIA (servicios prestado por AKB) con un código especial de uso.
La iniciativa guardaba semejanzas con algunas medidas la del régimen cubano que dispuso tarjetas que permiten solo hacer pagos en dólares en los comercios autorizados por la propia dictadura.
AKB, con base en el estado de la Florida, EEUU, asegura en su página web estar bajo el control de la Red Contra Delitos Financieros (FinCEN), órgano que vigila las transacciones el sector bancario en los EEUU.
También, asegura estar en cumplimiento con los requerimientos de la Oficina de Control de Activos Extranjeros.
Es decir, AKB Fintech se encuentra bajo un estricto escrutinio de las autoridades del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos. Siendo así, iniciar operaciones que involucren transacciones en dólares en efectivo en la vapuleada economía venezolana la podría en riesgo de sufrir severas sanciones.
Según estiman expertos financieros estadounidenses, Venezuela es escenario de múltiples operaciones de lavado, como ningún otro país en el mundo.
“En estos momentos existen entre 5.000 y 7.000 millones de dólares circulando en las calles de Venezuela, y se desconoce de dónde vienen”, dijo el mes pasado Eugenio Hernández-Breton, de la firma de Baker McKenzie, durante la Conferencia Virtual Antilavado de Dinero de la Asociación de Banqueros Internacionales de Florida (FIBA, por sus siglas inglés).
La circulación masiva de dólares en Venezuela ha levantado alertas principalmente porque el país ha registrado una drástica caída en la exportación de petróleo. Ese producto fue el responsable por décadas de generar el 95% de las monedas duras que entraban en el país.
Se estima que el colapso de la renta petrolera ha sido gradualmente remplazado por operaciones vinculadas con el contrabando de oro, el lavado de dinero y el narcotráfico.
El Nacional