Si este martes 17 de noviembre, algún venezolano tiene en sus planes viajar a Estambul, Panamá o Cancún, pudiese tomar un vuelo en el Aeropuerto Internacional Simón Bolívar de Maiquetía. Pero si quisiera ir a Porlamar, Barquisimeto o Maracaibo, tendría que desistir de la idea, pues ningún vuelo comercial en rutas domésticas, a excepción de Los Roques, ha sido autorizado por el Instituto Nacional de Aeronáutica Civil (Inac), desde el 12 de marzo de este año, cuando se restringieron las operaciones aéreas por la pandemia de Covid-19.
Las razones para que se iniciaran vuelos internacionales primero que los vuelos nacionales, son desconocidas. La autoridad aérea nacional ha sido para al esgrimir algún tipo racionamiento en sus decisiones. Sin embargo, fuentes relacionadas con el sector apuntan a dos teas, que a su juicio, estarían impactando en las decisiones que toma el Inac. Una de ellas, la baja producción de combustible JetA1, que produce Pdvsa para los aviones de turbina y las pocas aerolíneas nacionales que han pasado la auditoría del ente regulador.
“En materia de reinicio de operaciones aéreas, Venezuela ha hecho todo al revés. En todas partes del mundo, el reinicio de operaciones aéreas tras la paralización por el COVID-19, ha comenzado por sus operaciones nacionales y posteriormente las internacionales. En el sector aeronáutico nacional no entendemos los argumentos del Inac para no dar inicio a las operaciones domésticas. Muchas fuentes, especialmente en el gremio de mecánicos de aviación y empresas de servicio, aseguran que existe una disminución considerable de producción de combustible para las aeronaves”, explica un especialista venezolano en operaciones y seguridad aérea, que no desea ser identificado.
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