El presidente electo de Estados Unidos, el demócrata Joe Biden, seguirá reconociendo la composición de la Asamblea Nacional según las últimas elecciones libres, las de 2015, y a Juan Guaidó como presidente de ese órgano y encargado del país, según dos personas con conocimiento de las discusiones internas del equipo de transición que tomará las riendas del país el 20 de enero. Una de esas fuentes ha dicho a ABC que las elecciones legislativas de este domingo «no son, ni mucho menos, libres y transparentes». Esto significa que, si se mantienen esos planes, no va a haber un volantazo brusco en la política de Washington hacia Venezuela con la entrada de las nueva Administración.
Estos son los únicos comentarios que el equipo de Biden está dispuesto a hacer de momento, y además quienes los hacen ponen como condición el anonimato, porque el presidente entrante no quiere interferir de ningún modo en la diplomacia de Donald Trump en sus últimos días en la presidencia. Desde las elecciones del 3 de noviembre, los asesores de Biden en materia internacional han rechazado pronunciarse abiertamente sobre recientes desarrollos en Venezuela, como las publicación de un informe de la Organización de los Estados Americanos que revela que desde 2014 el régimen chavista ha cometido más de 18.000 asesinatos.
Por lo que dijeron esos mismos asesores antes de las elecciones, lo que sí habrá tras la toma de posesión de Biden es un cambio retórico. No va a haber más advertencias directas de uso de la fuerza, que han sido abundantes durante el mandato de Trump. Jacob Sullivan, que será consejero de Seguridad Nacional, dijo en una conferencia en el instituto Hudson en 2019: «Una solución militar impulsada por EE.UU. es un riesgo demasiado grande y, por lo tanto, deberíamos centrarnos en herramientas no militares. Eso significa duplicar sanciones y enfocarse en separar a China, Cuba y Rusia de Venezuela».
El reconocimiento a Guaidó no ha sido solo patrimonio de Trump y los republicanos. Es uno de los pocos acuerdos bipartidistas de los últimos años, y cuando Guaidó visitó Washington este año fue recibido por la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi. Solo la facción más izquierdista del Partido Demócrata, la que apoya al senador independiente Bernie Sanders, se niega a reconocer a Guaidó como líder legítimo de Venezuela y mantiene su apoyo tácito a Maduro. Se trata, sin embargo, de una facción muy minoritaria y que hasta la fecha no tiene representación en el equipo de Biden.
Mantener sanciones
Como el presidente saliente aun no ha reconocido el resultado de las elecciones, no hay en realidad muchos pronunciamientos sobre una transición en la política hacia Venezuela. El viernes, el enviado especial de EE.UU. para Venezuela e Irán, el embajador Elliott Abrams, pidió a Biden en una entrevista con la agencia Reuters que mantenga las durísimas sanciones que ha aplicado Trump. «Realmente están contra la pared», dijo Abrams a Reuters, refiriéndose al impacto económico de las sanciones sobre Maduro y sus aliados. «Y tenemos hora una ventaja que deberíamos aprovechar. Mi consejo [a la Administración de Biden] es que no hagan concesiones ante Maduro», añadió.
Estas declaraciones de Abrams, un diplomático con una experiencia que se remonta a los años de Ronald Reagan, son polémicas porque suponen admitir que Trump ha perdido las elecciones. El jefe de la diplomacia estadounidense, Mike Pompeo, no ha reconocido todavía que Biden será presidente.
En el Capitolio, diputados y senadores de ambos partidos ya han avanzado que no reconocerán las elecciones legislativas montadas por Maduro este domingo, por considerarlas fraudulentas. Los influyentes senadores demócratas Bob Menendez y Dick Durbin dieron en un comunicado conjunto que «Nicolás Maduro convoca otras elecciones falsas para perpetuarse en el poder, aunque ya han sido completamente desacreditadas antes de que comiencen», y definieron la votación como una «última burla a un proceso electoral legítimo».
En la Cámara Baja, o de Representantes, los demócratas Albio Sires y Eliot Engel, y los republicanos Michael McCaul y Francis Rooney emitieron otro comunicado conjunto en el que dijeron que su postura bipartidista es que «las elecciones legislativas del 6 de diciembre organizadas por el régimen de Maduro son ilegítimas y no cumplen ninguna norma para un proceso libre y justo».
ABC