La crisis en la distribución del agua en Venezuela se acentúa cada día. Si se le agrega un sistema de salud colapsado, es el caldo de cultivo ideal para que se produzcan enfermedades que afectan especialmente a aquellos venezolanos que viven en la pobreza.
El abogado José Santoyo se refirió al brote de contaminación por salmonella que ha disparado algunas alarmas en Barcelona, estado Anzoátegui.
“La mayoría de las familias venezolanas no reciben agua para lavar bien los alimentos ni para lavarse las manos. Temo que este brote de salmonella pueda extenderse a otros estados de Venezuela”.
Aseveró que muchos se ven obligados a comprar a precios exorbitantes y en dólares, cisternas de agua de dudosa procedencia. Esto se ha convertido en un lucrativo negocio.
Precisó que los trabajadores de Hidrocaribe han denunciado que no cuentan con los productos químicos necesarios para la potabilización del agua.
La salmonella es una bacteria que se aloja en los intestinos y puede provocar síntomas como diarrea, fiebre y calambres abdominales, lo que a su vez puede generar deshidratación.