Representantes de Gran Bretaña y la Unión Europea realizaban el martes frenéticas gestiones para tratar de llegar a un acuerdo comercial post-Brexit, teniendo como plazo el día de Año Nuevo.
Los miembros de la UE examinaban maneras de concretar el divorcio aun sin tener la ratificación formal del Parlamento Europeo.
El proceso busca definir las relaciones comerciales entre las dos partes con la menor cantidad de barreras posibles antes de que se cumpla el período de transición, luego que Gran Bretaña formalmente se salió de la UE el 31 de enero pasado.
En los últimos días el primer ministro británico Boris Johnson y la presidente de la Comisión Europea Ursula von der Leyen se han involucrado personalmente en los tratos en un esfuerzo por hallar consenso en torno al último escollo que queda: el tema de los derechos de pesca europeos en aguas británicas.
Hasta el 1 de enero, esos derechos eran compartidos por todos los miembros de la UE, pero tras su salida, Gran Bretaña se queda con el control de buena parte de esas aguas. Ahora ambas partes están tratando de negociar para quedarse con la mayor cantidad posible de esas cuotas pesqueras.
Si Gran Bretaña insiste en quedarse con la parte gorda de ese territorio, podría verse castigada con duros aranceles a sus exportaciones y otras medidas punitivas.
AP