Llegamos al 2021 con el pais sumergido en una crisis compleja, en el area social, económica y sanitaria; de la que las clases políticas no escapan. “Entrarán en unos conflictos de representación, lo que podría generar en el lado opositor un vacío que será percibido peligrosamente como abandono”.
En Diciembre cuando correspondían las elecciones parlamentarias, un sector opositor mayoritario en la Asamblea Nacional decidió extender su periodo, creando un escenario donde Guaidó sigue al frente del poder legislativo; lo que en opinión de muchos no ha ayudado ha generar los cambios pero sí para aumentar los conflictos.
Era predecible que el grupo opositor en control de la AN enfrentara políticamente la instalación de un nuevo cuerpo legislativo, con su desconocimiento y modificación de su normativa interna. Días ante el Analista y Consultor Politico Aníbal Sánchez habría alertado de las posibilidades que se podrían plantear como dejar competencias en la Comisión Delegada, instalación de un Congresillo o comisión amplia y el usar una Plenaria Digital.
Se la jugaron con un cambio de su estatuto para la transición «sin resolver aspectos de legitimidad y reconocimiento privó el privilegiar la continuidad administrativa por encima de la por rescatar o constitucional» como se evidenció en los comunicados y declaración partidistas dentro del mismo sector.-
Este estatuto por el mismo Tribunal Supremo había sido descalificado, pero el de ahora es difícilmente defendible para algunos opositores de la misma Asamblea, al querer torcer principios democráticos, como lo que consagra la constitución entre 194-197 «les costará explicar cómo un órgano soberano delega sus atribuciones en una comisión temporal»
Adicional al problema que le trae a la misma dirigencia política darle fundamento jurídico a lo inconstitucional, de la continuidad; está el hecho administrativo y de control ventilado con el debate sobre la existencia de un centro de gobierno alrededor del interinato, que se proponen sustituir por un Consejo Político
Hay otras realidades más allá del 5 de enero “cuando se extinguía la presidencia interina, según estatuto” La razón jurídica es es que el soberano fue convocado a pronunciarse en una elección parlamentaria y políticamente un sector opositor realizó una consulta, todo esto queriendo ser ignorado o sustituido por un poder “inconstitucional” Delegado.
«Lo que le dificultará la toma de decisión a algunos países al costar explicar cómo un órgano soberano constitucional delega sus atribuciones en una comisión sin legitimidad de origen». Una oportunidad que con la política adecuada pudiera ser aprovechada para que se cuestione el reconocimiento e intenciones del gobierno interino, incluso por instancias que mantenían el apoyo a la
Asamblea Nacional.
Todos estos condimentos hacen que tengamos un inicio de año 2.021 muy confuso; donde el que asuma una estrategia política de reconocimiento y apuestas en objetivos claros, pudiera salir favorecido. No se puede obviar con la misma tesis del 2005 y el 2018 que el evento electoral no ocurrió “el 6 de diciembre se eligió otra Asamblea y asume funciones el 5 de enero” donde deben surgir debates a una propuesta emanadas del ejecutivo, que podrían lucir estériles pero podrían apuntalar otros escenarios de entendimiento.
Esta otra AN debe asumir el reto de lograr reconocimiento internacional de otros países que no son los socios habituales del chavismo; mientras le brinda ciertas repuestas a los problemas ciudadanos. Mientras que Guaidó buscara conseguir apoyo de las fuerzas de sostén de Maduro «ambos retos lucen difíciles ».
Quedando claro que el 2.021 un año signado también por elecciones regionales, estará lleno de conflictos políticos. “No habrán definiciones inmediatas en los primeros días y el venezolano se puede cargar de desesperanza al sentirse incomprendido y abandonado” pero en paralelo vendrán dándose encuentros e intercambios que podrían dejar sus frutos no mediatos.
Nota de Prensa