Los centros médicos ambulatorios del Reino Unido empezaron este jueves a administrar otra de las vacunas contra la covid como parte del programa nacional de inmunización, mientras los hospitales denuncian que están al límite de su capacidad y la baja moral del personal sanitario.
Los médicos de cabecera del sector público dan desde hoy la vacuna de la universidad de Oxford y la farmacéutica AstraZeneca, que se suma a la de Pfizer/BioNTech, a fin de cumplir el objetivo gubernamental de ofrecer una vacuna a 13 millones de personas de los cuatro principales grupos de riesgo para mediados de febrero.
El Reino Unido ha vacunado ya a 1,3 millones de personas desde que empezó su plan de inmunización colectiva el pasado 8 de diciembre.
Mientras tanto, cada vez más hospitales del Servicio Nacional de Salud (NHS, por sus siglas en inglés) alertan de que pueden verse desbordados si no se toman medidas de apoyo y no se respeta el confinamiento.
Información filtrada a la prensa indica que los centros hospitalarios de Londres están al límite de su capacidad sobre todo en cuidados intensivos, después de que ayer el ministerio de Sanidad informara de que hay 30.451 personas ingresadas en todo el país, muy por encima del pico de 21.684 registrado el pasado abril.
Rupert Pearse, doctor en el Royal London Hospital, declaró hoy a la BBC que están «muy preocupados por la gravedad de la situación, que es mucho peor que durante la primera ola» y admitió que es difícil «proporcionar la calidad de cuidado necesaria».
Como otros profesionales, Pearse lamentó que el efecto de la pandemia está restando capacidad para atender otras enfermedades como el cáncer, lo que significa que el servicio sanitario que se ofrece a los británicos «no es en estos momentos lo bueno que debería ser».
Añadió que, a menos que la gente «se tome en serio» las medidas de confinamiento, el impacto en el NHS será «catastrófico» y el sistema podría verse desbordado incluso en dos semanas.
El director ejecutivo de NHS Providers, Chris Hopson, proveedor del NHS, dijo por su parte a la cadena pública que negocian con las residencias de ancianos y otros establecimientos de atención social para trasladar allí a pacientes, ante la falta de camas libres en los centros sanitarios convencionales.
Cada vez más médicos, como Nick Striven, expresidente de la Sociedad de Medicina Crítica, advierten de que el personal sanitario «está agotado», estresado y desmoralizado ante la carga de trabajo e insuficiencia de recursos, a lo que se añade el peso psicológico de lidiar con los efectos de la enfermedad.
El Parlamento británico aprobó ayer como estaba previsto, por 524 votos a favor frente a 16 en contra, el nuevo confinamiento anunciado el lunes por el Gobierno del primer ministro, Boris Johnson, que ha indicado que las medidas podrían alargarse hasta marzo.
La aprobación de este plan coincidió con el mayor número de nuevos casos positivos registrado en un solo día en el país, con 62.322, mientras que el número de 1.041 fallecidos fue el más alto desde abril.
EFE