En Brasil, durante una eucaristía en la parroquia San José, en la ciudad de Vitória, casi muere el sacerdote que oficiaba la misa, luego de que entrara una bala perdida al recinto.
Tras penetrar la teja de zinc, el proyectil estuvo a poco de impactar al cura, tanto así que lo recogió a apenas unos centímetros de sus pies, y continuó con la oración tras entregárselo a uno de sus colaboradores.
La situación, según la Arquidiócesis de Vitória, dejó en evidencia “una vez más uno de los rostros más peligrosos presentes en la región de las comunidades y la parroquia”.
«Es una situación triste, pero se está volviendo común y nuestra parroquia sirve a regiones aledañas», explicó una vocera.
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