Venezuela fue una gran receptora de migrantes, planificadas algunas cuya finalidad no era otra que darle a la población salida del campo preferiblemente al irrumpir la industria petrolera, una mayor calidad en cuanto la mano de obra. Esto, produjo en la medianía del pasado siglo una población estimada en más de 600 mil migrantes, conformada en buena parte por italianos, portugueses y españoles. Igualmente, vinieron de otros países de Europa, continente comprometido en todos los órdenes de la vida, a raíz de la Segunda Guerra Mundial.
El puerto de La Guaira, fue el gran centro receptor de aquellas primeras oleadas humanas que dieron auge a la industria de la construcción, labores del campo, y de la que se perfilaba como la nueva fortaleza económica; la petrolera. Aquellas colonias junto a otras se afincaron en el país y constituyeron el 10% de la población, estimada en un poco más de 7 millones de habitantes..
Después en los años 70 y un pico más alto de la dècada,las funestas dictaduras del cono sur atrajeron también significativas poblaciones que huían de las mismas. Exiliados ocupados en universidades y centros de estudios. Hablamos de chilenos, argentinos y uruguayos y también; peruanos afectados por una terrible hiperinflación combinada con dictadura. Ecuatorianos y colombianos. Estos últimos, son los vecinos más cercanos con quienes compartimos más de 2000 kilómetros de fronteras desde el occidente más desértico en la Península de la Guajira, hasta llegar a las húmedas tierras de la brava actividad pecuaria del alto Orinoco, en el estado Apure.
En un giro dramático impuesto por el régimen de más de 20 años, tributario sin igual, de una perversa destrucción del tejido social, el país obligado ante tales consideraciones, cambió los signos del progreso y desarrollo alcanzados hasta el inicio de esta larga etapa de más de dos décadas de violaciones a los derechos humanos y económicos.
El país, agonizó. Vio y vivió largas e impensables contradicciones. Se enterró en la vorágine de las desventuras más ensordecedoras que jamás se había imaginado y resistió al perfecto holocausto de vidas asediadas, perseguidas y asesinadas, así como de sus derechos. Unos largos años sumergidos en un torbellino de ideales, enajenaciones y alteraciones mentales del cual no podemos exculpar a nuestros castradores.
La diáspora: la respuesta. Cruel como las etapas previas que la motivaron. La diáspora nos obliga a una reflexión profunda para conciliar su regreso. Más de 5 millones, entre ellos, talentosos jóvenes, profesionales de primera línea aunque valga la aclaratoria; no hay cifras determinantes ni siquiera de ACNUR de cuantos venezolanos están fuera de nuestras fronteras y cuyos ribetes de peligrosidad comenzaron a exigir seriedad y asertividad en el tratamiento de esta avalancha insólita. La diáspora, en su parte positiva, imprime brillo al mundo con tantos y tantos representantes complacidos y universales.
Salir es la carta de presentación. Hay testimonios de quienes han caminado hasta 60 días para llegar a Argentina el más austral de todos los países del cono sur.
Se han marchado forzando consecuencias y situaciones. Algunas, humanitarias, otras inclemente y duras como la xenofobia con ribetes peligrosos en la propagación mediáticas de tales conductas delictuales. Exportamos talento y lamentablemente vicios y desviaciones. Exportamos mano de obra y situaciones irregulares para pretender ingresar de manera irregular a países receptores. Son las consecuencias de la situación caotizada del país.
El gobierno de Colombia dijo el presidente Iván Duque, aprobó el Estatuto de Protección Temporal,para regularizar a 1.8 millones de venezolanos. La decisión favorecerá a todos quienes hayan llegado antes del 31 del pasado enero y extenderá sus beneficios más que todo de carácter social a los beneficiarios por un lapso de 10 años. El proceso, para aplicarse en partes, iniciará en breve la primera,con la entrega del documento de identidad.
El comercio informal en nuestro vecino más cercano ,mejoró el pasado año en 0,25 % gracias a la mano de obra del venezolano y se entiende se incrementará en el presente, conforme informaciones del FMI cuyos voceros enfatizan que será un motor que empujará la economía de Colombia en cuanto su participación en el PIB considerado corto plazo. La mano de obra del venezolano tiene otra ventaja, siendo más joven que la colombiana, favorecerá el desempeño económico.
Se entiende asimismo, que las estimaciones para este año de población venezolana aumentaran en el vecino país y por otra parte, autoridades de frontera sostienen que cada día salen por aquellas zonas 900 mil venezolanos con distintos rumbos en cuanto la selección del país.
La difusión de la decisión del gobierno colombiano se produjo en medio de la visita del Alto Comisionado para los Refugiados de ACNUR Filippo Grandi. La determinación del gobierno del presidente Duque, garantiza una sostenibilidad importante de recursos internacionales para su país. Luego, de este anuncio que toma en cuenta la satisfacción de la demandas de carácter social de los venezolanos, se suma la seguridad policial para contrarrestar actividades irregulares tanto en zonas fronterizas como urbanas.
Eneida Valerio Rodríguez
@eneidavalerio