«LLegó el momento de repensar el destino político de Venezuela». Por Johnny Galue
“LA PROPUESTA”
¡Ay del que no lo vea!
Hay que cancelar protagonistas ocasionales, cuando una historia que comienza a la altura de la esperanza perdida, prosigue con la más que discutible presencia de una sociedad resuelta a cambiar como a reconstruir su porvenir, llegó el momento de pensar, como de repensar, el destino político en su totalidad.
Hay un hilo que conecta, que va del presente al porvenir, que permite comprender mejor, lo que viene, que ilumina, aquello que interesa, que arroja nueva luz sobre experiencias precedentes de la voluntad convertida en acción, en el conocimiento de los hechos para su interpretación.
Conocemos el espacio que ocupa lo simbólico, en lo político. Conscientes de ello, es preciso, volver siempre la atención, sobre el verdadero contexto, sobre el acontecimiento esencial, el que cambia de verdad el curso de las cosas. Donde ese contexto, como acontecimiento ha sido, sin sombra de duda, el colapso de este atrevido y vulgar Régimen que se ha dedicado a destruir todo un sistema de bienestar y prosperidad como de ética, por órdenes de Países invasores, y lo más lamentable, ejecutado por nuestros propios militares, el dato, su caída y la forma de la caída de un experimento cubano–comunista, al fin de cuenta breve de apenas veinte dos años, que ha pretendido cambiar el curso de la historia, la vida personal y existencial de los venezolanos hacia un curso distinto, donde comenzamos a vivir hechos de otro País, que no es el nuestro.
Sí, el hecho es el que decide y ha decidido el destino de Venezuela. Donde las modalidades del fin de este Régimen, son las que nos han dejado más desconcertados.
Todas las cosas, también las grandes, tienen un final, pero cuando un acontecimiento de los que se hace referencia en esta época se cierra, son un verdadero acontecimiento histórico en la vida de los ciudadanos, que van y han cancelado a los protagonistas ocasionales.
El ciclo se les cerró, a los oportunistas como a los del Régimen. Se comienzan a desencadenar reacciones contra nuestra historia, se nos impone, se difunde y vence una especie de esta nueva era de transformaciones, en esta etapa de la Restauración de la institucionalidad.
Ha vencido, el sentido común intelectual de la sociedad o de las masas, se convierte en el buen juicio, seguro de sí misma, de una sociedad con el coraje de cambiar, lento pero seguro, de los gobernados. Como es natural, en estos procesos, hay que distinguir siempre, pero sin separar, los cambios objetivos y las intervenciones subjetivas.
Venezuela, volverá a su antigua vocación Democrática, liberal, para restaurar, precisamente, una centralidad del mercado, lo que es y fue su costumbre, para financiarse deberá de acelerar de forma impresionante la revolución tecnológica, deberá de experimentar transformaciones enormes, ¡Ay del que no las vea! El movimiento obrero, las clases dominantes y sus elites o lo que queda de ellas, creo que no las ven. O mejor, quizá las vean separadamente, una a una, pero no en su conjunto.
Está entonces, la observación y sobre el dato observado, la reflexión en torno a la deriva histórica del País, que desembocó en un callejón sin salida. Esto es, un proceso pensado y practicado contra el bienestar del País. Es entonces cuando nace este aparato ideológico, que puso en marcha con el nombre de « la revolución chavista».
El pasado histórico, queda archivado como Prefacio, una antigualla para no olvidar, que ya no hay que transmitir a las nuevas generaciones, bajo ningún concepto, las cuales de hecho han quedado privadas de él.
Esta Historia trágica, es bien visible, queda directamente explícita, de espaldas al futuro, empezando por su título, el “SOCIALISMO DEL SIGLO XXI” que dejó, un sabor y una experiencia nada grata para los venezolanos ni para el mundo. Un trasfondo de hechos y de actos que presencia un lento, cotidiano, insistente y permanente derrumbe del Régimen, con las consecuencias que deberán de asumir.
Johnny Galue