La eventual llegada de unas 1,2 millones de dosis de vacunas, a través del mecanismo COVAX plantea retos particulares en Venezuela. No sólo por la emergencia humanitaria compleja, sino porque aún no han sido divulgados los detalles de un plan de vacunación nacional. Su ejecución será asumida por el Ministerio de Salud y no, como la mayoría de las personas piensan, por organismos como la OPS o UNICEF, señalan expertos consultados por la Voz de América.
“No podemos tener la sensación fantasiosa de que la OPS se va a encargar de vacunar a todo el mundo en el país, eso no es realista (…) a lo mejor pudiera ser un brazo importante en vacunación en zonas de difícil acceso, por ejemplo, tiene diferentes roles, pero no es el rol ejecutorio”, explica Julio Castro, miembro de la mesa técnica para acceso al Covax.
A consideración de Castro, uno de los mayores desafíos en Venezuela es garantizar que las vacunas lleguen a los que más lo necesitan, sin preferencias económicas y mucho menos políticas. “Que no haya discriminación, que no sea utilizado como una propaganda política”, subraya.
Venezuela es el país con más muerte de personal médico por la pandemia
Venezuela es un país con una de las tasas más altas de muerte del personal médico como consecuencia de la pandemia, y aún así, no todo el personal sanitario ha sido inmunizado; pero, miembros de la Asamblea Nacional emanada del proceso del pasado 6 de diciembre, Nicolás Maduro y hasta la exesposa del fallecido expresidente Hugo Chávez, ya recibieron algunas de las dosis de las vacunas Sputnik V y Sinopharm que llegaron al país.
“En términos democráticos esos funcionarios, todos los funcionarios deberían ponerse la vacuna de último. Ser los últimos en la cola (…) nosotros necesitamos información porque es información pública, es información de interés público”, considera Mercedes de Freitas, directora de Transparencia Venezuela, organización de la sociedad civil que trabaja en la lucha contra la corrupción.
Para De Freitas, es necesario garantizar la equidad en el acceso a las vacunas y vencer, lo que ellos llaman, el “control monopólico de la información”.
Entre tanto, y a pesar de que recientes estudios confirman que la vacuna de AstraZeneca es “segura y eficaz”, el gobierno de la revolución chavista de Maduro se niega al ingreso de este inoculante a Venezuela, argumentando que pacientes que la han recibido han presentado “complicaciones”.
“Venezuela, a través de este mecanismo, va a escoger cuál es la vacuna que está permitida para aplicar al pueblo venezolano”, dijo la semana pasada la vicepresidenta Delcy Rodríguez.
Especialistas coinciden en que, hasta el momento, a través de COVAX, sólo es posible optar por los fármacos de AstraZeneca o Pfizer, pero insisten en que Venezuela, no cumple con la garantía de refrigeración, almacenamiento y transporte de esta última.
“No es un tema de que vamos a escoger como si estuviésemos en la frutería, que podemos esperar a la semana que viene a que llegue un melón que esté en mejor condición. No. Estamos hablando de la salud y la vida de millones de personas, entonces no podemos esperar a que cese el capricho político para salvar la vida de la gente”, alerta Alejandro Crespo, presidente de la Sociedad Venezolana de Pediatría, filial Aragua.
De acuerdo a expertos médicos, todo el proceso de vacunación tomaría meses, por lo que es necesario que los actores políticos permitan la guía y administración de organismos internacionales bajo principios humanitarios.
Voz de América