Este artículo lo escribo desde el sentimiento de ciudadana que al igual que tú, más allá del trajín político de mi vida, al final sufro igual que millares de venezolanos el despojo que se nos ha hecho con este proyecto macabro de revolución, de nuestra vida y de nuestra dignidad ciudadana.
La experiencia de formar parte de un partido político me ha permitido conocer y vivir a lo largo de este camino la calidad de gente luchadora que existe en los 4 puntos cardinales del país, la mayoría de ellos con esperanza y fe en un mejor porvenir, entregan lo mejor de su tiempo y de sus sueños por este deseo de rescate del país.
Lamento profundamente como a veces hay una desconexión con el sentimiento real de nuestra gente y sus verdaderas necesidades e ilusiones, teniendo que presenciar los grandes acomodos que se dan en un país, que lo que requiere son verdaderos líderes en la línea frontal de las soluciones y claras posiciones frente al proyecto de una mejor Patria.
No me refiero a nuestros líderes políticos de la unidad; sino, a todo aquellos que lideran aspectos sociales, empresariales, comunicacionales, sindicales, universitarios, oficialistas, opositores y demás, que muchas veces se prestan a un juego de acomodos y no de luchas reivindicatorias por el rescate del país y su democracia. Porque al fin y al cabo se requiere del concurso de todos para la reconstrucción del mismo destrozado por sus cuatro costados y en todas sus áreas. Más destrucción es imposible de definir… solo en países desbastados por una guerra, ¡La nuestra por desgracia es similar!
Lo cierto es que Venezuela atraviesa la tragedia más dolorosa, yo diría, desde su descubrimiento. El régimen actual nos trata mucho peor de cómo lo hicieron los primeros conquistadores o los realistas españoles. Han vendido la patria a postores y delincuentes que todo lo dominan con su poder y dinero mal habido y robado de las Arcas del Estado, que fue rico y con decencia humana de vida hasta que llegó esta revolución.
Empezando en que esto ya no es un Gobierno, sino, una mafia corrupta desde el poder, con dimensiones inimaginables del daño que se le ha hecho a la dignidad humana del venezolano.
Cuando esta tragedia pase, se narrará igual que con el Holocausto Judío se hizo, pues solo cuando culminó la guerra fue que se tuvo evidencia clara del horror humano cometido con ellos.
Qué necesidad tenemos de Líderes que, como Mandela, que a pesar de que el pueblo y hasta su propio partido querían violencia contra los blancos, los convocó y lo lideró al proceso de mayor transformación racial, político y social de los últimos tiempos.
Líderes y NO ACOMODADOS es lo que necesita estas horas oscuras que vivimos los venezolanos que clamamos por un cambio y un auxilio a la forma tan indigna a las que nos tienen sometidos y además jugando con nuestras vidas, cuando ni siquiera un plan claro de vacunación a esta pandemia que nos devora y nos hace lidiar con la muerte han podido ejecutar.
No hay duda, que el gran llamado es al cese de la desunión y a un liderazgo cohesionado con visión de Patria y no de reales. Estamos en el deber de dejar una Patria a nuestros hijos y sus descendientes. Por esto yo clamo como lo pide la mayoría: ¡¡ES LA HORA DE LUCHAS Y NO DE ACOMODOS!!
Abog. Iraida Villasmil
@IraidaVillasmil