El Amor hoy en día, es un tema de libre interpretación, así pareciese. Redefinir el amor en estos días no solo es tarea cultural, sino una necesidad del hombre y las futuras generaciones que hoy claman dentro de sí, de esquemas que les proporcionen la agradable sensación de vivir, de ser amados y respetados en su integralidad. Los altos índices de suicidios juveniles, hogares separados, odios entre amigos y demás aspectos marcan las pautas psicosociales de estos tiempos. Esto indica que no vamos en buenos caminos como personas, familias y comunidades.
Sufrimos de una “alexitimia colectiva”, que no es otra cosa que la incapacidad para decir “te quiero” y menos de ofrecer “un abrazo o un beso”; estamos tan graves como sociedad que ya ni a los nuestros somos capaces de ofrecer la ternura que sus almas piden a gritos y menos todavía lograr una empatía con ellos. La ausencia de centrar nuestra atención en el tema del Amor, nos ha ocasionado grandes dificultades, la ausencia de readaptaciones y nuevas formas, de un mismo tema en el corazón del hombre, que no es más, que Amar y Ser Amados.
Esta muestra de la gran fortaleza que posee el hombre de “Amar y ser Amado”, se ve trastocado en el camino de una sociedad que ciertamente perdió su rumbo en sus afanes, y víctima de sí misma, se ha visto diluida sistemáticamente. Los Valores Morales de la raza humana dejados a un lado, se han convertido en un metal que retiñe, pero, no da el calor que solo el amor logra nutrir al ser humano. La ternera, la dulzura, la sensibilidad como la empatía no se perciben y menos se sienten entre nosotros. El amor es estimulante, es poderosa “Droga” que nos hace reaccionar ante la injusticia, hacia la libertad, a respetar y defender nuestros Derechos como seres Humanos.
A pesar de los grandes esfuerzos del hombre en encontrarse e identificar sus fortalezas emocionales hacia los seres de su entorno, se empecina en anteponer restricciones culturales, políticas y económicas, que no le permiten consolidar este sentimiento que une a la humanidad. De forma intencional, ha minado el camino hacia la dulzura, la bondad en amor y la aceptación; es tan cierto que estas generaciones que demandan de sus padres, familias, amigos, en fin de nuestro entorno han sido a la que más se le ha negado este derecho natural.
Es resultado de estos tiempos es que el amor deberá marcar la vida desde su nacimiento, pero sucede que pareciese desvanecerse; es tanto así, que en un tema tan íntimo en el hombre, buscamos a Dios, este menciona que Él es amor: se menciona que Dios aparte de que tiene la capacidad de amar y de que de hecho ha amado a la humanidad con amor eterno, tiene la hermosa cualidad de “Ser el Amor en Sí Mismo”: “El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor.” (1 Juan 4:8)
Dr. José Ernesto Pons Briñez