No existe hoy la posibilidad de salir a disfrutar a mi país, porque no hay presupuesto que valga y los demás aspectos que solo la malandrerías llamadas por un lado, pranes y por el otro los sátrapas de la política se ha encargado de encarcelarnos “gracias” a una pandemia que sufre el mundo, es así, que la realidad que por muchos esfuerzos que hace la sociedad, artistas e intelectuales, los virtuosos y personajes que nos hacen la vida más agradable se unen en tan gigantesco esfuerzo.
La desesperanza está en boca de la gente, así lo manifiesta Neutro Shorty (2021), “Es que siento que este mundo está muy corrompido por el “money” y sus deseos, hey, donde vivo, salir es una zozobra porque puede haber un tiroteo; todo es al revés no puedo distinguir entre la justicia y el malandreo”. La idea de un país mejor, se escapa del “discurso hueco”, muchas veces se perciben de nuestras generaciones nuevas lo lejos que ven las soluciones, todo está diluido, tal cual, pandemia destructora. Se arriesgan a todo, el deseo es estar tan lejos que se pueda de este “puto país”.
Es así, que los que pudiesen hacer algo, tocaran fondo con la misma escoria que pretendieron sacar. Es así, que la sociedad venezolana, hay que encomendarse a Dios antes de salir a las calles, donde sin pretender caerle bien a nadie, lo asumen de antipático sin conocerlo y menos de quien es merecedor de una ráfaga en la cara, con esos cargadores o “peines” más grandes que las pistolas que las disparan.
Vivimos con tal ansiedad los ciudadanos, y sabemos que todos conocemos de esta realidad e igual sufren sus dosis muy personales de estas “psicosis aprendidas” y la padecen en “carne propia”. Que calamidad, nada logra hacernos cambiar nuestra patética realidad de país secuestrado. Lo peor es la seguridad que a todo esto les pasa lo mismo, todos por igual. Sin hospitales, sin alimentos y sin seguridad de nada, logramos que los sobrevivientes no sabemos en qué esquina te secuestran o te quieren disparar. Es así, que con el corazón triste entendemos que mi “país esta feo”.
Qué lástima me da, afirma Shorty, en su canción titulada con este mismo nombre. Finalmente señalar esta realidad que conocemos y padecemos todos los días por más de 20 años es más que lamentable. Un diagnóstico, una panorámica y una verdad que ya nada logra ocultarse del origen de su la naturaleza, y de quienes dictaminan la vida de la Nación. Este artículo, si bien no es de mi tradicional estilo, realmente es un esfuerzo para que se entienda lo que nos pasa como pueblo. A Neutro Shorty, a quien no tengo el honor de conocer. Gracias por su inspiración.
Dr. José Ernesto Pons B
@joseponsb
“Mil formas de decir lo mismo; clamamos por libertad y dignidad” Pons (2021)