Una vez más se ha hinchado la esperanza frente a posibles salidas para un arreglo negociado entre gobierno y oposición. Frente esta circunstancia, sobran las opiniones a favor y en contra. De entusiasmo unas y descalificadoras otras. Cada quien tiene su verdad y su realidad y cada una de estas consideraciones: son relativas. Es lamentable y al mismo tiempo, comprensible, que el país atomizado por la separación, le haya resultado muy difícil durante años alcanzar la manoseada y requerida unidad.En un análisis reflexivo y objetivo, sobre nuestra contribución a este logro, encontraremos como respuestas la precariedad a tan urgente necesidad.
En Venezuela, grupos meritorios y resilientes se han organizado para promover la participación ciudadana con inusitado éxito. Son líderes científicos, sociales, religiosos, deportivos y de otras clasificaciones, los promotores de estas iniciativas y sus investigaciones con importantes resultados que comenzaron a utilizarse en el marco referencial, objeto de sus competencias. Esto afecta al gobierno, ajeno a toda posibilidad del conocimiento distinto a la sujeción política del ciudadano al socialismo del S.XXI
Entonces, el gobierno aniquila las ONG, acusándolos de forma irrespetuosa de recibir dinero para promover terrorismo y demás actos reñidos con normas de la vida nacional. Observamos, debilitamiento en sus actuaciones. Existe una caída en su seguridad y pretende con gran desatino por cierto, acabar con los últimos vestigios de esfuerzos ciudadanos en favor del país de todos.
Esas condiciones mencionadas de las ONG cambian en el plano de lo político militante. Se trastocan los resultados del país resiliente frente a conductas condenables de buena parte de los llamados líderes de la oposición. Han horadado la herencia republicana de los fundadores de nuestra nacionalidad, han envilecido la apuesta política que privilegia el avance coherente de un país, eje importante de la modernidad y fortaleza democrática en la región donde estas particularidades, no eran ni las más sólidas y prestigiosas, hace 30 o 40 años atrás.
Recordemos aquella Capitanía General de Venezuela, donde la unidad se impuso en condiciones intelectuales muy diferentes a las actuales por sus líderes y sellar asì la independencia y con todas sus debilidades, encontraron cauce para acabar con 300 años de sometimiento.
Tenemos entonces, que prescindir de estos líderes, quienes han contribuido a las miserables condiciones que nos definen y humillan como pueblo. Somos bocadillo delicioso en los discursos de los populistas inescrupulosos, quienes se arropan en nuestra tragedia. Los hemos visto, mencionarnos en ese contexto. Estamos cansados de ser tema de conmiseraciones. Basta. No podemos correr el riesgo de verlo como un favor ante nuestras miserias. Necesitamos unidad y tener fuerza para contrarrestar, estas posiciones denigrantes de nuestro gentilicio.
El régimen no languidece, pero pretendemos ser coherentes cuando hemos señalado que está bastante disminuido y que aún como dicen los del teclado, mantiene el poder de las armas, entre otros definidores del ejercicio del gobierno. También determina su debilidad, el destino de las armas, para aniquilarnos como hemos observado en los recientes sucesos de Apure. El gobierno atraviesa una fase crítica en lo económico que le obliga destruir nuestras riquezas minerales alternativas del petróleo y las vende bajo un manto de dudosa legitimidad. Ocurre con el oro.
El régimen, se ha reducido, porque sus actos, observados como desesperados, lo ha postrado a nivel internacional, lo ha sometido, ante las sanciones aplicadas por EE.UU. y otros países con la finalidad de forzarlo a salidas democráticas, sustentadas en buena parte en el voto. El gobierno, no tiene reconocimiento internacional y en lo nacional, priva el amedrentamiento y bravuconadas asustadizas.
En medio de estas situaciones, todavía privan voces desde los teclados delirantes y perseguidores de la división y consecuente desaliento ante la opción de negociar y conversar, una vez más. ¿Cuántas veces se han dado encuentros sin éxito?¿Quiénes son los culpables, las ONG o los políticos inescrupuloso , considerados interlocutores por ellos mismos?
Y es que la política tiene sus códigos por eso, nos olvidamos rápido de Luis Parra y José Brito, para nombrar solo dos de una lista encabezada por connotados líderes como Bernabé Gutiérrez de AD. ¿Cuántos hablan de ellos ahora mismo? Han recibido sendas sanciones económicas, desde varios países, demostradoras de la falta de pulcritud administrativa. Son evidencias demoledoras y los obligan a tomar un camino lento y difícil en su recuperación moral, si pretenden regresar.
Guaidó está en el ojo del huracán. Las críticas para quienes rechazan las opciones de acuerdos con el gobierno, lo convierten en receptor de andanadas y descalificaciones, unas subidas de tono por quienes adversan los cambios. Llega, la hora del examen de conciencia y de apostar por la unidad cueste lo que cueste, porque si resulta exitosa la unidad, lo será también la nueva concepción de liderazgo, sustitutivo de los vicios condenables. El país, retomará un nuevo camino.
Los regímenes cavan sus tumbas con sus desmanes. Sus aliados, como en nuestro caso, la dirigencia nacional opositora más desmoralizada que hemos tenido, también sucumbirá, no hay duda. Quedarán para ayudar y fortalecer los nuevos retos, aquellos, quienes supieron defender sus principios de honestidad y coherencia. Son muchos. Vale destacarlo.
Eneida Valerio Rodríguez
@eneidavalerio