21N, Revocatorio y el Niño Jesús. Por Leandro Rodríguez

Insistimos, toda la información que los venezolanos apreciamos por los distintos medios de comunicación y redes sociales es apenas un reflejo de lo que acontece políticamente en el país. La real realidad permanece inobservable en eso que podemos denominar “la política oculta”, la que subyace estratégicamente y es la determinante.

Sí apreciamos lo “noticioso” nos damos cuenta la política nacional es dramáticamente absurda, pues solo privilegia procesos electorales innaturales y rechazados, como los perpetrados desde 2017. Los recientes son tan absurdos que los partidos participantes como “opositores” han sido expropiados y entregados a colaboradores del régimen, por eso nos perpleja candidatos desconocidos. A la par, un berenjenal de partidos express con “lideres” aún más desconocidos y, cerrando con broche de oro, también protagonizan los impuestos y autodenominaos líderes nacionales sin ningún tipo de arrastre popular, como Bertucci, Timoteo, Fermín y compañía… Todo un show depreciado.

Por sí fuera poco, desde ya se barajea el escenario revocatorio, imagínese semejante barbaridad, el país ha sufrido las secuelas de un régimen desconocido por la inmensa mayoría de los venezolanos y el mundo democrático por sus orígenes antidemocráticos e inconstitucionales ¿Cómo se va a revocar alguien que no goza de legitimidad ni legalidad? Al contrario, ese escenario brindaría legalidad y legalidad a quien pretende lo revoquen controlando toda las instituciones, recursos y armas de la república… ¡¿Verdad que todo es absurdo?!

De este modo, podemos suponer, sí en realidad existe acercamiento entre oposición y chavismo, éste debe ser entre Maduro y Guaidó en quien (para bien o para mal) recae el reconocimiento del liderazgo opositor, repetimos, es la realidad.

En segundo lugar, la agenda no tendría que girar en torno a otro proceso electoral divorciado de todo precepto democrático, más bien, en torno a la sobrevivencia de los actores políticos preponderantes.

Si bien es cierto, el chavismo aún puede prolongar mucho más su estancia en el poder en la forma como hoy lo retiene, también es cierto que su permanencia día a día se complica, hoy la Corte Penal Internacional le dará un duro golpe. Sus “aliados” más fuerte también sopesan los costos geopolíticos de apoyar un régimen fuera de su hemisferio.

En conclusión, la política venezolana se encuentra al rojo vivo, y (opinamos) sus verdaderos actores tocan temas como sanciones, recompensas, reconocimientos, amnistías, dimisión, garantías para los acuerdos, entre un sinfín de temas reales/medulares, todo esto entre estrategias de disuasión y persuasión.

No caiga en trampas, en chavismo lo electoral está muerto, se continuarán llevando a cabo elecciones prefabricadas embadurnadas con abstenciones históricas, como las consumadas desde 2017 ¿Por qué? Porque el régimen sabe que hoy cualquier elección apegada a la ley y a la democracia implicaría su eminente derrota y aún no están nada claras las condiciones de sobrevivencia de las principales figuras del chavismo lejos del poder. 

 

Leandro Rodríguez

@leandrotango       

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