Producción petrolera venezolana, según la OPEP, fue de 529.000 b/d

La producción petrolera venezolana, según las fuentes secundarias de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), fue de 529.000 barriles diarios (b/d) en junio, un aumento de apenas 19.000 barriles por día, por debajo de las estimaciones de analistas como Argus que proyectó un incremento mensual de 40.000 b/d.

Sin embargo, el Ministerio de Petróleo envió a la OPEP un reporte que colocó la extracción de crudo en 633.000 barriles por día (bpd), con un aumento mensual de 51.000 bpd, una cifra que supera los 569.000 b/d que el gobierno de Nicolás Maduro reconoce como promedio oficial del año 2020.

El diferencial entre los dos datos es de 104.000 barriles diarios, lo que significa que el Ejecutivo ha venido presentando una aceleración del bombeo de crudo que la OPEP sencillamente no está avalando.

Por otra parte, el dato de plataformas de perforación o taladros en operación sigue inamovible en 25 unidades desde el tercer trimestre de 2019, por lo que las estimaciones sobre la actividad petrolera venezolana son, en buena medida, opacas.

Recientemente, se informó que Venezuela ha logrado comenzar a diversificar su cesta de crudos mezclados y mejorados, pero básicamente con el fin de dotar a las refinerías que funcionan con el objeto de incrementar la producción de combustibles, cada vez más escasos.

De manera que el crudo de referencia venezolano sigue siendo el Merey de 16 grados API, cuyo precio de referencia en junio fue de 53,52 dólares por barril, un aumento absoluto de 4,39 dólares en comparación con mayo y una variación relativa de 8,9%.

A pesar que este es el petróleo menos valioso en la cesta OPEP fue el que más subió en junio; de hecho, la canasta de la organización de productores escaló 7,4% en el período para ubicarse en 71,89 dólares por barril, 18,37 dólares por encima del marcador venezolano, un dato que revela que, en términos históricos, el valor del crudo nacional se ha venido distanciando cada vez más del promedio de sus socios.

Justo cuando el ministro de Petróleo, Tareck El-Aissami, se comprometió, con juramento incluido, a terminar el año 2021 con una producción promedio de 1.500.000 barriles diarios, las cifras de la OPEP ponen la promesa en inventario, ya que reportan una reducción de la extracción del segundo trimestre en comparación con la del primero.

En concreto, el bombeo promedio del segundo trimestre, según las fuentes de la OPEP fue de 507.000 barriles por día (bpd), mientras que en el primer cuarto este indicador fue de 517.000 bpd, 10.000 barriles por encima.

Bajo ningún escenario, Venezuela ha logrado alcanzar los niveles de producción que tenía en 2019 que eran de 719.000 bpd según la OPEP y 1.013.000 bpd, de acuerdo con el registro oficial de Pdvsa.

– La carrera contra el impuesto chino –

“Este aumento obedece a que Pdvsa estaría tratando de aprovechar hasta el último momento el envío de cargamentos de su mezcla comercializada en China como bitúmen diluido, una mezcla de crudo pesado, y sobre el cual empieza a recaer un impuesto del 30% del valor de cada barril importado por las refinerías independientes del país asiático”, dice el economista Rafael Quiroz, quien además advierte que esto abriría espacio para recibir más producción y crudo mejorado para ser embarcado en Jose.

Quiroz recuerda que Reuters informó que la entrada en vigor del impuesto chino coincidió con el reinicio de un mejorador de crudo y una planta mezcladora de petróleo que procesa crudo extrapesado de la Faja del Orinoco para la exportación.

“Queda por despejar la incógnita de cómo superar el impasse del impuesto en China sobre la mezcla venezolana, para lo cual han sugerido una modificación en la mezcla que la haga atractiva de acuerdo con los nuevos requerimientos del principal comprador del petróleo venezolano”, señala.

Las refinerías chinas compraban esta mezcla por las ventajosas condiciones del descuento obtenido, además no pagaban impuesto por este tipo de producto y tampoco se incluía en las cuotas de importación que le asignaba el gobierno chino.

Efectivamente, Pdvsa, objeto de sanciones por parte del gobierno de Estados Unidos, debe realizar maniobras costosas, pagar sobreprecios en fletes y ofrecer descuentos atractivos a sus escasos clientes, básicamente asiáticos, para colocar su crudo, por lo que, estiman analistas internacionales, el precio efectivo debe estar en alrededor de 35 o 40 dólares por barril.

En consecuencia, el impuesto aplicado por las refinerías independientes de China hace inaviable, de plano, el negocio para Venezuela.

 

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