Braian Matos Linares es un niño venezolano que llegó hace seis meses a Perú con la firme idea de emular la aventurera vida de Ryder; de la serie infantil “Patrulla de Cachorros”, quien es experto en proteger a su comunidad y resolver problemas en compañía de Marshall, Rubble, Chase, Rocky, Zuma y Skye.
Desde que pisó tierras peruanas, el pequeño Braian Matos Linares se identifica con el líder de la manada canina, personaje creado por el productor infantil Keith Chapman.
Espera que alguien como él, su amigo animado, lo ayude a obtener una prótesis nueva para su miembro inferior izquierdo, el cual fue amputado a la altura de la transfemoral a la edad de dos años en su ciudad natal Montatan, ubicada en el estado Trujillo-Venezuela.
El niño soñador y fantasioso se encontraba jugando con varios primos frente a la vivienda de un familiar cercano, cuando de manera sorpresiva un auto se deslizó hacia atrás aplastando su piernita. Un momento infausto que casi le cuesta la vida.
Recordar esa fracción de minutos para Maryori Linares y Alejandro Matos, padres de Braian, es dolorosa, pero se armaron de una profunda fe con el objetivo de arrimar sus hombros para enfrentar esta tragedia ocurrida aquel 12 de septiembre de 2019.
Braian, Maryori, y Alejandro, el trío poderoso con corazón tricolor, en la actualidad, se adaptan a una nueva vida en la urbanización Los Huertos de Pro, perteneciente al Distrito de Comas de Lima-Perú, donde viven alegres, tratando de labrar un futuro seguro para su pequeño soñador, lejos de su terruño.
Ángeles alrededor de Braian
¿Qué pasó después que el carro arrolla a Braian? Aunque es muy duro revivir esa escena escalofriante, Maryori Linares agradeció a Dios y a los ángeles que lo socorrieron tras el accidente, ya que, hoy en día puede disfrutar de su único hijo, abrazarlo, expresarle su profunda admiración y ver la fuerza suprema que emana sobre él para brincar con una sola pierna y realizar sus actividades diarias, olvidando por completo que no tiene rodilla ni pies en la extremidad izquierda.
Con un nudo en la garganta, Maryori Linares recuerda claramente que uno de los ángeles que evitó que Braian muriera de una hemorragia fue su tío Eduar, quien reaccionó oportunamente en este tipo de casos en medio de una turbulenta y desesperante crisis.
“Luego que el caucho del carro aplastará y destrozará la pierna izquierda de Braian, mi tío, como pudo, truncó la salida de la sangre haciendo presión en la pierna con una de sus manos, sino lo hubiese hecho, mi hijo no estaría contando su historia”, narró la madre del pequeño valiente venezolano.
Así fue como llevaron al niño hasta el Hospital Universitario de Valera “Dr. Pedro Emilio Castillo” de Trujillo-Venezuela, donde inmediatamente recibió la atención médica y transferido al quirófano de urgencia, donde con estupor vio cerrar su puerta, abierta tres horas después al finalizar la exitosa intervención médica.
Según el informe médico emitido por el Hospital de Valera, la pierna presentaba fracturas de fémur y severo daño vascular, un diagnóstico nada alentador para la familia del pequeño Braian que apenas comenzaba a visualizar sus sueños.
En su intento de salvarle la pierna, la madre del pequeño relató que los galenos de ese entonces le realizaron una limpieza quirúrgica, controlaron los daños en el fémur con un fijador externo monoplanar y realizaron una reparación vascular.
Sin embargo, cuenta Maryori Linares, que el traumatismo en la extremidad afectada era muy grave y que la misión de salvarle la pierna había sido fallida. La esperanza de que Braian no la perdiera se derrumbaría en mil pedazos.
“El 27 de septiembre de 2019 me comunican que es necesario apuntarle la pierna a Braian, porque el flujo sanguíneo era deficiente y ya comenzaba a presentar fiebre alta e intermitentes que podrían afectar severamente su salud”, resaltó la mujer inmigrante.
Para la joven madre fue una decisión muy difícil, pero ella entendía que lo más importante era proteger la vida de Braian.
“Fue un momento muy fuerte para mí, yo me encontraba sola en Venezuela, mientras que mi esposo trabajaba duro en Perú para solventar los gastos que se requerían en el hospital”, dijo la ama de casa.
A muchos kilómetros de Venezuela, Alejandro Matos se encontraba en la comunidad de Comas, distrito limeño ubicado a una altura de 140 metros con una superficie de 48.75 km², desde donde ilustraba la imagen de su hijo Braian minuto tras minutos e implorando al venerable Dr. José Gregorio Hernández, protegerlo en este proceso tan fuerte que le tocó combatir siendo un pequeñín.
“Fueron episodios muy duros para mí porque sólo pensaba en Braian, no me concentraba en el trabajo”, comentó Alejandro Matos, quien afortunadamente recibió ayuda y aliento en este trance por parte de sus compañeros de faena.
La única fuerza poderosa que mantenía al padre inmigrante en pie de lucha desde la distancia fue siempre escuchar la voz de Braian, después de salir victorioso en tres operaciones quirúrgicas.
“Mientras me moría de impotencia por no estar a su lado, yo le decía por Whatsapp que era un niño guerrero, campeón y que muy pronto estaríamos juntos”, recordaba el joven trabajador.
Petición especial al Divino Niño Jesús
Luego de abandonar el centro de salud donde permaneció por un mes y medio, el pequeñín o como lo llaman sus padres, el travieso saltamontes, comenzaba un nuevo estilo de vida entre consultas, curas, rehabilitación y con una petición muy significativa dirigida especialmente al Divino Niño Jesús.
Braian repetía constantemente la pregunta que esperaban escuchar de él; ¿Dónde está mi otra pierna? Sabiamente su madre respondió: “Diosito se la tuvo que llevar al cielo, pero muy pronto te enviaría otra pierna en el mes de diciembre cuando nazca el Niño Jesús”.
Y así fue como se cumplió el sueño del niño venezolano. En febrero de 2020, la comunidad trujillana se volcó al llamado de socorro de la familia Matos Linares, logrando recaudar más de dos mil dólares para fabricar la prótesis transfemoral que lo ayudó a caminar nuevamente, dar ese paso a paso con mucha madurez.
Al pasar los meses y con los hechos de octubre de 2019 frescos aún en su memoria, Maryori y Braian alistaron maletas para estar al lado con el patriarca de la familia en tierras peruanas: Alejandro. El tan esperado reencuentro llegó en diciembre de 2020.
Braian, ya con cuatro años, se rehúsa a caminar con la ayuda biomecánica que trajo de Venezuela, pues alega que no la sienta bien y le molesta en los extremos del muñón. En Venezuela se les hacía a sus padres cuesta arriba adquirirla, por eso, está en Perú atrayendo esa oportunidad que para él sería el mejor regalo en su etapa de vida como inmigrante.
Quiere correr, ir al parque, distraerse con otros niños, jugar fútbol e ir a la escuela con una nueva prótesis, listo para triunfar, pero necesita de una mano amiga.
Por la firmeza de este niño de querer disfrutar activamente su vida, se muestra su emotiva historia, la cual está basada en el sueño y lucha por recibir la ayuda solidaria que le permita conquistar su nueva prótesis.
Redactor: Raúl Arroyo Valera / IG: @arroyoraul30
Foto y video: RAV