Para la directiva de la Confederación de Asociaciones de Productores Agropecuarios de Venezuela (Fedeagro) la eliminación de aranceles a muchos rubros productivos debe ser un poco más justa y equilibrada.
Celso Fantinel, presidente de Fedeagro, sostuvo durante la asamblea de la organización que aunque el Gobierno se ha dado cuenta de la importancia del sector primario nacional eliminando aranceles a más de 900 rubros de 4.000 debe existir un poco más de organización en la toma de estas decisiones.
«Se dieron cuenta que en la actividad primaria está el futuro, pero han impuesto aranceles a agroquímicos y maquinarias de suma importancia para el trabajo del campo”, reseña el portal especializado Minuta Agropecuaria.
Fantinel afirmó que es una competencia desleal porque lo que les exoneran por un lado, se los incluyen en otro, por lo que el gremio considera que este aspecto debe ser nuevamente discutido, tomando en cuenta a los actores de la cadena.
“Si queremos potenciar el sector, necesitamos condiciones, no solo financiamiento e infraestructura. Queremos tener todas las condiciones dadas para crecer, pues la agricultura y ganadería es la principal fuente generadora de ingresos en 17 estados”, dijo.
Cuidado con los consumidores
Sin embargo, existe un debate sobre la extensión del levantamiento de exoneraciones a productos agrícolas y alimentos por cuanto otros sectores temen que el consumidor salga perjudicado con abruptos aumentos de precios de productos esenciales.
El sociólogo Edison Arciniegas, director ejecutivo de la ONG Ciudadanía en Acción y consultor en materia de seguridad alimentaria, comentó en WhatsApp que «no se puede pedir economía abierta un día, reducción de controles, reducción del intervencionismo del Estado y cuando eso empieza a suceder, salir a pedir proteccionismo».
El especialista apunta que, en su opinión, una estrategia focalizada y eficiente de subsidios tendría un mayor efecto positivo sobre la producción nacional que una simple reimposición de aranceles de importación, aunque reconoció que hay prácticas de dumping, por parte de grupos en Colombia que están introduciendo tomate y cebolla al mercado nacional a precios más bajos que los existentes en el vecino país.
El sociólogo Arciniegas apunta que las exoneraciones tributarias no siempre dan los mejores resultados. «La presión fiscal sobre el sector primario nacional es la más baja de Sudamérica, el campo venezolano no tiene ni un 1/6 de la presión fiscal q tiene el sector comercial», argumentó.
«Hay que luchar, por ejemplo, porque así como se da libre importación de alimentos se de libre importación de insumos, incluyendo combustibles», resaltó Arciniegas.
Arciniegas advierte en WhatsApp que «en rubros como tomate y cebolla imponer barreras arancelarias implicaría incrementos de precio al consumidor de entre 32% y 50%; eso es un incremento abrupto, sobre todo porque los precios de los rubros nacionales están inusualmente altos».
«Necesitamos una política de consensos de largo plazo con enfoque en rentabilidad y competitividad agrícola y reconocer los vicios rentistas presentes en el conjunto de la cadena de valor. Las liberalizaciones asociadas a competitividad de tipo gradual no suelen ser efectivas ¿Por que? Porque los sectores objeto de protección se acostumbran a ser protegidos, es la competencia la que induce a ser competitivo», afirma.
«Las ineficiencias existen, al igual que las circunstancias que las generan. Hay que reconocer las unas y las otras, pero también admitir que el déficit de competitividad de la agricultura nacional es histórico. Defender al consumidor es defender el derecho a la alimentación y hasta a la economía abierta».
El director ejecutivo de Ciudadanía en Acción sostiene que es indispensable una estrategia consistente para incrementar sosteniblemente la producción nacional de alimentos y que permita que la actividad agropecuaria en el país se desarrolle, crezca e incremente su potencial competitivo.
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