El portavoz del Pentágono, John Kirby, confirmó que se produjeron al menos dos explosiones en las afueras del aeropuerto de Kabul, donde miles han acudido para intentar huir tras la toma del poder por parte de los talibanes. Por el momento, el ataque se cobró la vida de al menos 13 víctimas mortales, según el Talibán.
“Estábamos a unos cientos de metros de Abbey Gate, que está al este del aeropuerto de Kabul. Hubo un fuerte estruendo y fuimos sacados de inmediato», dijo el periodista Cyril Payen, enviado especial de France 24 a la capital afgana.
Minutos después de los hechos, el Pentágono añadió que el ataque provocó «un serie de víctimas estadounidenses y civiles».
El caos y el miedo se apoderan este 26 de agosto del aeropuerto Hamid Karzai mientras las autoridades tratan de determinar el alcance de la explosión.
Este mismo jueves, varias potencias occidentales habían advertido sobre la inminencia de un «ataque terrorista» en el lugar, por lo que algunas aceleraron las evacuaciones de sus ciudadanos y aliados afganos.
Tras la advertencia de un posible ataque terrorista del Estado Islámico en el aeródromo, el ministro de las Fuerzas Armadas británicas, James Heappey, fue el primero en lanzar la recomendación de evitar la zona. Durante una entrevista, desveló que había información «muy creíble» de un posible ataque del Estado Islámico contra los que se reúnen en el aeropuerto, el cual sería «inminente».
«No puedo enfatizar lo suficiente la desesperación de la situación. La amenaza es creíble, es inminente, es letal. No estaríamos diciendo esto si no estuviéramos realmente preocupados por ofrecer al Estado Islámico un objetivo simplemente inimaginable», sostuvo Heappey en una entrevista con la la radio del medio de comunicación británico ‘BBC’.
Motivo por el que, al igual que hicieron Estados Unidos y Australia, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Reino Unido instó a sus ciudadanos y colaboradores afganos que se encuentren en las inmediaciones del aeropuerto a que las abandonen de manera inmediata.
El miércoles, la embajada de Estados Unidos en Kabul ya había pedido a sus ciudadanos en el país asiático que no se acercaran al aeropuerto por cuestiones de seguridad, pero no dio más detalles.
A pesar de las advertencias, las escenas de aglomeraciones motivadas por la desesperación de muchos -que temen represalias del Talibán- se siguen registrando en el aeropuerto.
Por su parte, el portavoz de los talibanes, Zabihullah Mujahid, negó que cualquier ataque fuera inminente. «No es correcto», escribió en un mensaje de texto luego de que varios medios de comunicación le preguntaran por las advertencias, sin dar más detalles.
No obstante, algunos funcionarios talibanes dieron fe de esta posible amenaza e indicaron que ellos también arriesgan su vida al patrullar en las inmediaciones del aeropuerto.
«Nuestros guardias también están arriesgando sus vidas en el aeropuerto de Kabul, ellos también se enfrentan a una amenaza del grupo Estado Islámico», dijo un talibán anónimo a la agencia Reuters.
La filial del Estado Islámico en Afganistán surgió de miembros talibanes descontentos que tienen una visión aún más extrema del Islam. Con el nombre de Jorasán, denominación histórica de la región, los extremistas perpetraron ataques como el de un hospital de maternidad en Kabul –en el año 2020–, en el que murieron varios bebés y mujeres.
El peligro en Hamid Karzai ha sido patente desde el primer día de las evacuaciones. La multitud amontonada ha provocado estampidas y algunas personas ansiosas por abandonar el país se subieron a las alas de un avión C-17 estadounidense y al menos dos murieron al caer de estas.
A parte de la amenaza de un ataque terrorista, las naciones occidentales se declararon preocupadas por las multitudes incontrolables que se agolpan en el exterior del aeropuerto y que podrían dificultar los últimos días de evacuación, con el 31 de agosto como fecha límite para que las tropas de Estados Unidos se retiren.
Paralelamente, a pesar de que los talibanes y otros funcionarios han tratado de manejar las multitudes, no existe un procedimiento de control en el camino al aeropuerto como lo había con el derrocado gobierno de Afganistán.
Varios países anuncian una retirada temprana de Kabul
Este jueves, en medio de las amenazas terroristas, Francia anunció que fletaría su último vuelo de evacuación el viernes 27 de agosto. Una medida que el Ejecutivo de Macron decidió tomar en consonancia con el creciente riesgo al que expone a los desplegados en el país bajo el control del Talibán.
El primer ministro francés, Jean Castex, señaló durante una entrevista con la emisora de radio ‘RTL’ que las operaciones de evacuación van a continuar «hasta mañana por la noche», límite tras el que los militares franceses tendrán que abandonar el aeropuerto de Kabul.
En el diálogo, Castex indicó que hasta el momento Francia ha evacuado a unos 2.500 afganos, a parte de los franceses que permanecían en el país. Este traslado es un tema delicado a nivel de política nacional, ya que la extrema derecha critica al Ejecutivo por acoger refugiados.
Incluso antes que Francia, Alemania podría terminar con las evacuaciones este mismo jueves debido a la alerta de seguridad. Hasta el momento, el país ha trasladado a más de 5.200 personas desde Kabul, en su mayoría afganos.
Por su parte, Reino Unido ha evacuado a más de 11.500 personas desde el inicio de la operación de evacuación el pasado 13 de agosto, tras el ascenso del Talibán.
En lo que se considera como una de las evacuaciones más difíciles de la historia, y que termina con los 20 años de ocupación de las tropas estadounidenses en Afganistán, el Ejecutivo de Joe Biden es el que más presiones ha recibido. Desde hace 11 días, Estados Unidos y sus aliados han orquestado una de las mayores evacuaciones aéreas de la historia, con un total de más de 95.700 personas evacuadas, 19.000 de ellas el martes.
Según las Fuerzas Armadas de Estados Unidos, cada 40 minutos sale un avión desde Kabul.
Hasta 1.500 estadounidenses siguen en Afganistán
Estados Unidos está fletando vuelos desde Afganistán a contrarreloj. Actualmente, se estima que al menos 1.500 estadounidenses permanecen en el país. El Gobierno de Joe Biden ha advertido que la prioridad durante los dos últimos días antes del límite del 31 de agosto será evacuar a estadounidenses y, sobre todo, a los militares desplegados en el país.
El secretario de Estado, Antony Blinken, fue quien hizo el balance de los estadounidenses que todavía permanecen en Kabul o sus inmediaciones. El funcionario aseguró que el Departamento de Estado calcula que de un total de 6.000 estadounidenses que pidieron abandonar Afganistán, 4.500 ya han vuelto a su país natal.
«Algunos pueden no estar ya en el país. Algunos pueden haber afirmado ser estadounidenses pero resultan no serlo. Algunos pueden optar por quedarse», dijo Blinken respecto a los 1.500 restantes durante una rueda de prensa este jueves.
Según el Ejecutivo de Biden son muchos los estadounidenses y colaboradores afganos los que están asustados por las posibles represalias del Talibán.
Esta semana se conoció que los talibanes organizan redadas de opositores, intimidan a periodistas e incluso llevan a cabo ejecuciones extrajudiciales. Una inestabilidad política que se suma a la sequía, escasez de alimentos y la nueva ola de Covid-19 que hace estragos en el país.
France24 con EFE, Reuters y AP