El huracán Ida ya se está haciendo sentir en el sur de Estados Unidos. El estado de Louisiana fue el que sufrió la entrada de este potente huracán de categoría 4, entre 5 de la escala Saffir-Simpson, y una intensidad que ha ido en aumento en las últimas horas.
Ida impactó justo en el aniversario número 16 del mortal huracán Katrina que destruyó la ciudad de Nueva Orleans, en el mismo estado.
Tras la potente llegada de Ida, el presidente Joe Biden ofreció una rueda de prensa en la que advirtió que este fenómeno climático representa un peligro para la vida. Biden afirmó que se prevé una inmensa devastación, marcada por cortes de energía que podrían durar semanas para los residentes cerca de la costa del Golfo.
«Es probable que la devastación sea inmensa. No deberíamos engañarnos (…) Vamos a trabajar al máximo por el rescate y la recuperación. He estado presente durante muchos huracanes, y creo que nunca hemos tenido tanta preparación», agregó el mandatario.
Según la app de seguimiento ‘PowerOutage’, más de 122.000 hogares y negocios de Louisiana ya han perdido electricidad, principalmente en el sureste del estado. El gobernador del estado sureño, John Bel Edwards, dijo que Ida podría ser el peor golpe directo en la zona por un huracán desde la década de 1850.
Solo tres días después de emerger como una tormenta tropical en el mar Caribe, Ida se había convertido en un huracán que está registrando vientos de hasta 240 km por hora y ha provocado fuertes marejadas que han derivado en inundaciones costeras.
Uno de los aspectos que más preocupan era la capacidad de resistencia del sistema sanitario, que se ha preparado a través del equipamiento con generadores de electricidad y calentadores de agua para garantizar a los pacientes energía y también agua caliente. Algunos enfermos en áreas costeras, como Morgan City, fueron reubicados en las instalaciones, hacia el centro del estado.
Esta cuestión preocupa especialmente cuando Louisiana sigue sufriendo de forma significativa los estragos de la pandemia de Covid-19, ya que no se ha vacunado un gran número de su población.
Jon Bel Edwards, dijo que 5.000 soldados de la Guardia Nacional se organizaron en 14 iglesias para garantizar esfuerzos de búsqueda y rescate con vehículos, botes y helicópteros. Y 10.000 electricistas están preparados para responder a los cortes eléctricos.
Edwards enfatizó el sistema de reducción de riesgo de huracanes que tiene el estado. La Guardia Nacional ha sido activada con operaciones de emergencia y la oficina del jefe de bomberos del estado tiene más de 100 barcos en el sur de Louisiana. Los funcionarios del estado están preparados para responder a los cortes de energía generalizados y se brindan servicios de refugio en todo el estado.
También, Edwards insistió a los residentes de evacuar hacia el norte y el oeste del estado, y enfatizó en preparar alimentos y agua junto con medicamentos y seguir las actualizaciones de la tormenta para mayor control sobre la situación.
Las movilizaciones también han avanzado rápidamente
«Esta será una tormenta que podría cambiar la vida de aquellos que no están preparados», dijo el viernes el meteorólogo del Servicio Meteorológico Nacional, Benjamin Schott, durante una conferencia de prensa con el gobernador.
Mientras miles de personas se dirigieron al aeropuerto, el portavoz de la Administración de Seguridad en el Transporte de la región recomendó a quienes vuelan desde Nueva Orleans que llamen a sus aerolíneas para reagendar los vuelos pendientes y confirmó el cierre el aeropuerto y la cancelación de vuelos de llegada y de salida.
El viernes, el presidente Biden aprobó la solicitud de Louisiana de una declaración de emergencia, autorizando a la Agencia Federal de Emergencias a coordinar los esfuerzos de ayuda en casos de desastre. La gobernadora de Alabama, Kay Ivey, y la gobernadora de Mississippi, Tate Reeves, también declararon el estado de emergencia el sábado antes de la tormenta.
Miles de personas decidieron abandonar sus vacaciones y hogares para evitar ponerse en riesgo durante los días previos a la llegada de las tormentas. El interior del estado se ve como una zona donde el riesgo por inundaciones es mucho menor.
Louisiana pondrá a prueba sus diques
En la memoria de la mayoría de los habitantes de este estado sureño aún se mantiene el amargo recuerdo producido por el huracán Katrina en 2005. Este huracán afectó a poblaciones especialmente vulnerables y dejó un saldo de 1.800 víctimas mortales.
Para evitar esto, durante los últimos años se han construido una serie de diques sobre el mar y la costa que intentan evitar grande marejadas e inundaciones, algo que se pondrá a prueba con el paso de Ida.
La estación del Servicio Meteorológico Nacional en Nueva Orleans instó a los muchos residentes que no tienen habitaciones interiores en su hogar a que se trasladen a un armario o baño para protegerse. Miles de personas sin hogar también han sido asistidas por las autoridades ante el riesgo evidente.
Las autoridades confían en la acción de contención de los diques, aunque expresaron dudas sobre la situación al sur del estado, donde todavía hay varios kilómetros por construir. Louisiana es un estado con una altitud media muy baja y fácilmente inundable.
France24 con AP y Reuters