El panorama político con miras al 21N comienza a cobrar fuerza. Ya la Alianza Democrática lanzó a la calle sus candidatos a las 23 gobernaciones, 335 alcaldías, 253 legisladores regionales y 2.471 concejales para el venidero proceso comicial. Por su parte, el Partido Socialista Unido de Venezuela y el G4 hicieron lo propio. Muchos afirman que en esta competencia por los puestos de poder, tanto la Alianza Democrática como el G4 deben ponerse de acuerdo para tener posibilidad de triunfo ante la maquinaria, poder económico y organizativo del partido de gobierno.
De aquí al 21N todavía queda tiempo para llegar a un consenso; pero debemos tener claro que hasta el 22 de septiembre es la fecha para que cualquier modificación de los nombres presentados ante el Consejo Nacional Electoral se vean reflejados en la boleta electoral. Aun cuando oficialmente no ha comenzado la campaña, ya en distintas comunidades y a través de las redes sociales hemos visto a los distintos candidatos haciendo el trabajo proselitista. En los sectores populares, mercados y unidades del transporte público se escucha a la gente hablando de los candidatos del gobierno y los de la oposición. Están los que prefieren a un candidato y los que prefieren a otro; pero lo cierto es que el ambiente de fiesta electoral se palpa por doquier.
Eso es positivo por cuanto el panorama era distinto para las elecciones parlamentarias del pasado 6D. El número de indiferentes y de aquellos que manifestaban no querer ir a las urnas para sufragar ha disminuido. La gente quiere un cambio, está deseosa de elegir a nuevos liderazgos en sus regiones.
Este entusiasmo electoral hay que seguir alimentándolo, combatiendo a los pocos que sin argumentos siguen despotricando del sistema y de las condiciones electorales y que insisten en promover una salida fuera del marco constitucional. Los opositores, mientras se concreta la tan anhelada unidad superior, debemos concentrarnos en motivar al voto.
Debemos emplear todos los medios y todo el esfuerzo para promover la vía electoral para escoger los mejores candidatos que aspiran los puestos de representación popular. Sacar a quienes lo han hecho mal y ratificar en sus puestos a quienes se han dedicado a trabajar por el bien colectivo es el fin.
La gente de a pie está viendo en estas elecciones regionales, pautadas para dentro de un poco más de dos meses, la oportunidad de aplicar el voto castigo para quienes durante su período al frente del cargo que ocuparon por cuatro años no hicieron nada en favor del desarrollo y bienestar de sus estados. El pueblo está cansado de navegar en aguas putrefacta, de tener un sistema eléctrico que va de mal en peor, con los hospitales en decadencia, transporte público deficiente, falta de agua, gasolina y pare usted de contar.
La motivación al voto pasa también por incorporar a los gremios, sindicatos, iglesias, sociedad civil, quienes hasta ahora sienten que no los están tomando en cuenta por las distintas fuerzas opositoras. A la hora de hablar de unidad estos sectores son fundamentales si se quiere ganar la mayoría de las gobernaciones, alcaldías, legisladores regionales y municipales. Además, la participación de estos es un engranaje que mueve las ganas de ir a votar de quienes hasta ahora se mantienen indecisos.
Desde Unidad Visión Venezuela, aún sin contar con nuestra propia tarjeta, secuestrada por las autoridades del CNE, no desmayamos en nuestra tarea de convocar a nuestra dirigencia en los veintitrés estados del país, a nuestros amigos, familiares y conocidos a emplear el voto como mecanismo para lograr importantes cambios en lo político, económico, social, comunal. Para ello seguimos revisando las distintas opciones, que tengan arraigo popular, propuestas que vayan enmarcadas en la vía de las 3E https://bit.ly/3zI2yIB que ha planteado nuestro secretario general, diputado Omar Ávila, para apenas arranque la campaña anunciar quienes serán nuestros abanderados.
Manuel Figueroa Véliz
@visionvenezuela @VelizFigueroa