Justo, en el velorio del profesor Omar Arraíz, icono de las peñas musicales de Venezuela, ciudadano a carta cabal, cultivador de amistades y de reconocida honestidad, nos enteramos de la decisión impuesta desde Caracas, que a la ciudadana Sobella Mejías, Secretaria General de Acción Democrática de la seccional Lara y aspirante a la gobernación del estado, fue sustituida por el ciudadano Luis Florido de dudosa honorabilidad y no para nosotros, sino para el padre de Leopoldo López, jefe del partido ‘’Voluntad Popular’’, perseguido y humillado por el régimen civil y militar, corrompido y narcotraficante.
Luis Florido fue señalado de haberse apropiado de una treintena de millones de dólares recogidos en Panamá y que terminaran en los bolsillos de algunas personas de un grupo político conocido como ‘’alias G4’’, por lo que el padre de Leopoldo López solicitó su destitución de la presidencia de la Comisión de Política Exterior de la Asamblea Nacional. Igualmente se acusa a Florido de mantener contratos contratos de alimentación con PDVSA a través de una empresa de su propiedad a pesar de la prohibición para ello, pero esto es posible gracias a su parentesco con determinados funcionarios del régimen, con el que ha logrado beneficios de indulto, para someterse a los juegos del régimen con impunidad a sus negocios ilícitos, que le obliga a postularse desde portero de un burdel a la gobernación larense.
Tan descarada decisión ha resultado una ‘’carajada’’ para la militancia de Acción Democrática y una burla al ciudadano elector, a quien sobran razones para no participar en unas elecciones que serán determinadas por el militarismo chavista, que tiene muchos intereses económicos que cuidar. Basta ver, el nerviosismo que genera las detenciones y solicitudes de extradiciones de individuos como el ‘’pollo’’ Carvajal y un tal Saab. Ante ello, se ha activado el ‘’chantaje’’ como el de los corrompidos diputados CLAP, denunciado también, no por nosotros, sino por el propio Presidente Guaidó y ahora estos diputados son candidatos a gobernadores, que de no hacerlo irían a la cárcel y ese es el fin de participar en las elecciones del 21 de noviembre, y uno de los mas interesados, es la facción de Acción Democrática, al servicio de la familia Ramos D Agostino, ahora con nacionalidad italiana.
Lo incomprensible de ello, es que la ciudadana Sobella Mejías, quien se ha ganado un liderazgo político, dentro y fuera de la organización, por su capacidad de trabajo y conocimiento de la realidad política, después de haber obtenido apoyo para sus legítimas aspiraciones, con una maquinaria capaz de obtener triunfos en procesos decentes, las ponga ahora al servicio de un tránsfuga, sólo para garantizar la impunidad necesaria de no ser acusados por corrupciones, que es la verdad verdadera del problema y en esa misma situación está Henry Falcón, a quien nunca le hemos calificado como ladrón, que si lo hizo la MUD y el PSUV, que le tiene un expediente por corrupción en la Sala Constitucional del Tribunal Supremo chavista, que a una orden se activaría como si el ciudadano elector no lo supiera. La asquerosidad es tal, que no es de extrañar que, por las debilidades del representante del militarismo, decidan darle la gobernación a los hermanos Rodríguez, o Maduro se la reserve para Falcón, en todo caso ambos responde a ellos.
Vistas así las cosas, es de dignidad no votar y los primeros deben ser los militantes de Acción Democrática, claro está, que es mucho el dólar que va a circular, artefactos eléctricos y celulares para lo que se puede practicar la política del morral, que no lo van a desaprovechar los que conforman el padrón electoral, porque a eso nos han llevado la dirigencia de unos partidos Inescrupulosos. En verdad, lamento el sacrificio de Sobella Mejías, quien pierde credibilidad ante la opinión pública y quien ya, debe tener el discurso explicativo, de la paliza de que será objeto su candidato a gobernador.
Jorge Ramos Guerra
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