El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, dijo el sábado 23 de octubre que los embajadores de diez países, entre los cuales Francia, Alemania y Estados Unidos, quienes han pedido la liberación del opositor Osman Kavala, serán declarados «persona non grata».
«Ordené a nuestro ministro de Asuntos Exteriores que arreglara lo antes posible la declaración de estos diez embajadores como persona non grata», afirmó el jefe de Estado durante un viaje al centro de Turquía, sin dar una fecha concreta de cuándo se tomará la medida.
Una decisión poco común en relaciones internacionales. El hecho de declarar a diplomáticos «persona non grata» abre el camino para su expulsión o destitución por parte de su propio país.
«De la mañana a la noche (los diplomáticos) repiten: Kavala, Kavala … Pero de quien hablan, Kavala, es el agente de Soros en Turquía», dijo el presidente durante una reunión pública, haciendo referencia al multimillonario estadounidense de origen húngaro George Soros, a quien Turquía acusa de haber financiado la revuelta Gezi en 2013.
Estos embajadores «deben conocer y comprender Turquía», dijo Recep Tayyip Erdogan, acusándolos de «indecencia». «Tendrán que salir del país si no lo conocen», agregó.
Kavala, detenido sin condena desde finales de 2017
En un comunicado emitido el lunes por la noche, Canadá, Francia, Finlandia, Dinamarca, Alemania, los Países Bajos, Nueva Zelanda, Noruega, Suecia y Estados Unidos pidieron un «arreglo justo y rápido del caso» Osman Kavala, empresario y mecenas turco que se ha convertido en una obseción para Ankara y permanece encarcelado desde hace cuatro años sin juicio. Al día siguiente, los representantes de estos países fueron citados ante el Ministerio de Relaciones Exteriores y las autoridades turcas consideraron que su enfoque era «inaceptable».
El jefe de Estado turco amenazó el jueves con expulsar a estos embajadores, pero sin tomar medidas concretas en ese sentido. El mismo día dijo que los embajadores que piden la liberación del empresario no pedirán la de «bandidos, sicarios y terroristas» en su propio país.
En una declaración escrita, Osman Kavala dictaminó el viernes que «no tendría sentido» que asistiera a su futuro juicio debido a la imposibilidad de obtener el debido proceso tras las recientes declaraciones de Recep Tayyip Erdogan.
Los primeros países en responder fueron Suecia y Noruega, que dijeron que no habían recibido ninguna notificación oficial sobre sus respectivos embajadores.
«Nuestro embajador no hizo nada para justificar la deportación», dijo la portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Noruega, Trude Måseide, citada por la agencia de noticias NTB. Añadió que su país «continuará instando a Turquía a que se adhiera a los estándares democráticos y al estado de derecho con el que el país está comprometido en virtud de la Convención Europea de Derechos Humanos».
El caso continúa entre amenazas de la UE de sancionar a Ankara
Osman Kavala, de 64 años, opositor y figura importante de la sociedad civil, ha sido acusado desde 2013 por el Gobierno del presidente Erdogan de intentar desestabilizar Turquía y está particularmente en la mira por apoyar las protestas contra el Gobierno en 2013, conocidas como el movimiento Gezi.
Luego fue acusado de haber buscado «derrocar al Gobierno» durante el intento de golpe de Estado de 2016. En 2019, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) dictaminó que la detención del empresario no se basó en ninguna prueba y tuvo carácter político, por lo que pidió su liberación inmediata, una decisión que Turquía ignoró.
Osman Kavala permanecerá en prisión al menos hasta el 26 de noviembre, fecha de la próxima audiencia judicial, según decidió un tribunal de Estambul a principios de octubre, a pesar de las amenazas europeas de sanciones contra Ankara.
El Consejo de Europa amenazó recientemente a Turquía con sanciones, que podrían adoptarse en su próxima sesión (del 30 de noviembre al 2 de diciembre) si el opositor no es liberado para entonces.
France24 con AFP y Reuters