En la pequeña comunidad de Lillooet, que pertenece a la región canadiense afectada, una mujer murió después de que los deslizamientos de tierra bloquearan una de las principales carreteras de la provincia.
La cifra de fallecidos podría aumentar, debido a que al menos otras dos personas han sido reportadas como desaparecidas, según informó la Real Policía Montada de Canadá.
Los niveles de agua del río Sumas, en Washington, Estados Unidos, aumentaron rápidamente y abrumaron a los rescatistas en Abbotsford, Canadá, donde las autoridades emitieron la orden de evacuación inmediata para todos los residentes.
Se trata de un área con una importante industria láctea, por lo que los trabajadores intentaron desesperadamente salvar a sus animales del aumento de las aguas, en algunos casos atando cuerdas alrededor de sus cuellos y tirándolos con motos acuáticas hacia terrenos más altos.
«Sé que es difícil para los agricultores dejar su ganado, pero la vida de las personas es más importante para mí en este momento que el ganado y los pollos», afirmó el alcalde de la ciudad, Henry Braun.
Esos residentes se unieron a miles de personas en toda la provincia que desde el pasado domingo 14 de noviembre se han visto obligados a dejar sus hogares por inundaciones o deslizamientos de tierra.
Varias localidades más han quedado completamente aisladas y al menos una informó que la comida estaba empezando a escasear.
Jeff Kuhn, pastor de una iglesia en Hope, una ciudad de 6.000 habitantes a unos 160 kilómetros al este de Vancouver, dijo que otras 1.500 personas buscaban refugio.
«No queda mucho en las tiendas de comestibles. Simplemente no pueden reabastecerse, no hay forma», indicó a la radio local, Canadian Broadcasting Corp. Agregó que, aunque algunos alimentos habían sido transportados en avión, el suministro solo alcanzaría para un día.
British Columbia declaró el estado de emergencia
El fuerte temporal también forzó al cierre del puerto más activo de Vancouver, una importante ciudad costera en la misma región, que alberga a alrededor de 2,5 millones de personas.
Como si fuera poco, los residentes en distintas zonas de la provincia enfrentan cortes de energía eléctrica y del transporte ferroviario.
Canadian Pacific Rail y Canadian National Railway, las dos compañías de trenes más grandes del país, informaron que las inundaciones las obligaron a suspender las rutas desde y hacia Vancouver.
«Todo el servicio ferroviario que llega desde y hacia el puerto de Vancouver está detenido debido a las inundaciones en el interior de la Columbia Británica», dijo el martes el portavoz del puerto, Matti Polychronis.
Ante este panorama, las autoridades de British Colombia declararon el estado de emergencia.
Estas inundaciones se producen luego de que algunas áreas de British Columbia recibieran 20 cm de lluvia el domingo, la cantidad que suele caer en un mes.
Devastadoras inundaciones en el noroeste de Estados Unidos
Al otro lado de la frontera, en el estado Washington, EE. UU., un hombre de 59 años, identificado por la Policía como José García seguía desaparecido después de que su camioneta fuera arrastrada a un campo inundado y él se aferrara a un árbol.
Los funcionarios de la pequeña ciudad de Sumas, en el mismo estado, calificaron las inundaciones como devastadoras e indicaron que se estima que el 75% de las viviendas allí sufrieron daños por agua. Cientos de personas fueron aisladas.
«Estas familias y empresas necesitan nuestras oraciones y apoyo mientras comenzamos el proceso de limpieza y reconstrucción en los próximos días», señalaron las autoridades locales a través de sus redes sociales.
En la ciudad de Ferndale, en el norte de Washington, los funcionarios también instaron a hogares y negocios a evacuar en un área cercana al creciente río Nooksack.
Entretanto, fueron reabiertas de manera parcial la carretera principal norte-sur de la costa oeste, la Interestatal 5, cerca de Bellingham, Washington, luego de su cierre completo debido a los escombros que dejaron los deslizamientos.
Además, los trenes en Sumas y otros en el oeste de Washington no volverán a funcionar hasta que el agua de tregua y las vías sean inspeccionadas y reparadas si es necesario, sostuvo la directora general de asuntos públicos de la empresa ferroviaria BNSF, Lena Kent.
En el punto más álgido de la tormenta, más de 158.000 usuarios del servicio de energía eléctrica en el oeste de Washington quedaron sin electricidad, el pasado lunes 15 de noviembre, cuando la velocidad del viento alcanzó los 96 kilómetros por hora. Para el martes, más de 31.000 clientes seguían sin el servicio.
De acuerdo con las autoridades meteorológicas, las lluvias fueron causadas por un río atmosférico, una enorme columna de humedad que se extiende sobre el Pacífico y hacia Washington y Oregon.
Es la segunda mayor inundación generalizada en el noroeste de Washington en menos de dos años. Funcionarios del condado Whatcom atribuyeron al cambio climático el registro de fenómenos naturales más severos y constantes de lo usual.