La finalización de la erupción del volcán Cumbre Vieja se había predicho varias veces en los últimos tres meses. El sábado 25 de diciembre, los científicos afirmaron que el episodio había realmente llegado a su fin.
Llevará años, incluso una década, limpiar, despejar y reconstruir. La erupción del volcán Cumbre Vieja en la isla española de La Palma, en las Islas Canarias, terminó oficialmente el sábado 25 de diciembre. Se necesitaron diez días consecutivos sin ningún signo visible de actividad volcánica, según los expertos científicos, para poder decir que el episodio había terminado.
«Hoy, el comité científico puede decirlo (…) la erupción ha terminado», anunció Julio Pérez, director del Plan de Emergencia Volcánica de Canarias (Pevolca) en una rueda de prensa el día de Navidad. «No hay lava, ni emisión de gases significativos, ni temblores sísmicos significativos», dijo, recordando que la erupción ha durado «85 días y 18 horas» desde el 19 de septiembre.
Se mantiene la emergencia
En la historia de La Palma, isla situada en el océano Atlántico frente a la costa noroeste de África, nunca una erupción había durado tanto. La altura máxima del cono llegó a los 1.131 metros sobre el nivel del mar en el punto más alto, lo que demuestra la magnitud del volcán.
Según los expertos, la zona seguirá siendo peligrosa durante algún tiempo.»Los riesgos subsisten», afirmó el portavoz del Gobierno canario, debido a la persistencia de las emisiones de gases tóxicos y al lento enfriamiento de la lava. Pero irán disminuyendo, por lo que la perspectiva es positiva.
En cuanto a la población, acoge el fin de la erupción con alivio y duelo por lo perdido, pero también con preocupación e incertidumbre ante un futuro incierto, que pasa por la rápida llegada de las ayudas anunciadas por el Gobierno español.
Daños considerables
La erupción no causó muertes, pero sí enormes daños: más de 7.000 personas fueron evacuadas, de las cuales unas 600 siguen viviendo en hoteles, y casi 3.000 edificios quedaron destruidos.
La lava cubrió 1.250 hectáreas de la superficie de la isla y también la amplió: los flujos que llegaron al mar se solidificaron y crearon dos penínsulas, añadiendo 44 ha a la superficie de la isla en una y 5 ha en la otra, según los últimos datos facilitados por las autoridades locales.
La erupción provocó tres meses de parálisis. El sector turístico, crucial en la isla, ha sufrido las interrupciones regulares del tráfico aéreo y el cierre del aeropuerto de La Palma. La lava también cobró un alto precio en las plantaciones de plátanos, el otro sector clave de la economía local, que representa el 50% de su PIB.
En La Palma, el 10% de la tierra se dedica a la agricultura, principalmente al cultivo de plátanos, según la Fundación Reserva Mundial de la Biosfera. Los daños podrían superar los 900 millones de euros, según las autoridades locales.
Tiempo de reconstrucción
El gobierno español, cuyo líder Pedro Sánchez ha visitado la isla en varias ocasiones, ha prometido 225 millones de euros en ayudas, que se destinarán a la construcción de viviendas y a la compra de productos de primera necesidad, así como a subvenciones directas a agricultores y pescadores.
Madrid también ha pedido a la Comisión Europea que active el fondo de solidaridad de la Unión Europea. Las autoridades calculan que los primeros realojamientos de algunas de las 7.000 personas evacuadas de sus casas podrán comenzar en la primera quincena de enero.
Con AFP, EFE, France 24 y Reuters