CEV advierte que la democracia en el país está «muy debilitada»

La Conferencia Episcopal Venezolana (CEV), a través de su exhorto pastoral de este jueves 13 de enero, advirtió que la democracia en el país está «muy debilitada» y se evidencia una profundización en la crisis que aqueja a la nación, potenciada por la presencia de la pandemia de la covid-19.

Desde la sede de la CEV en Montalbán, el presidente de ese organismo, el Arzobispo de Cumaná, monseñor Jesús González de Zárate, recordó que Venezuela vive una «situación dramática y de extrema gravedad por el deterioro del respeto a los derechos de su calidad de vida», a su vez que advierte que es «un pecado que clama al cielo» el que se quiera mantener el poder a toda costa «y pretender prolongar el fracaso e ineficiencia de estas últimas décadas».

Hizo hincapié en que existen al menos «tres escandalosas realidades» que evidencian la situación actual de la nación como lo son el «desmantelamiento de las instituciones democráticas y las empresas del Estado», el éxodo de más de seis millones de venezolanos en busca de una mejor calidad de vida y los altos niveles de pobreza, que refleja además la desnutrición en los niños y adultos mayores.

Resaltó otro tipo de problemas presentes que afectan a los venezolanos desde el punto de vista psicológico, moral y espiritual como lo es la ideologización que adelanta el Estado a su pueblo, así como la pérdida de la libertad individual de los ciudadanos a través de la persecución, la tortura, la cárcel o el exilio. A su juicio, lo que se quiere es «convertir al ser humano en un simple ejecutor de centros idolátricos del poder».

Considera la CEV que existe una contradicción desde el punto de vista económico porque aunque hay altos niveles de pobreza en Venezuela y la dificultad de tener un salario justo por el trabajo, hay una proliferación de inversiones que benefician a unos pocos y que no permiten el acceso de todos como por ejemplo casinos, casas de juegos, hoteles, bodegones, restaurantes, «edificios y casas ostentosas», elementos que «ofenden a Dios y a los hermanos» en un momento donde la pandemia agudiza la crisis.

Monseñor González de Sárate refirió que la debacle educativa tampoco se escapa a la realidad porque el deterioro del sector se ha «profundizado y generalizado» tanto en las condiciones en las que alumnos y profesores se desenvuelven para dar clases, como la búsqueda de los docentes de una mejor calidad de vida que les ha llevado a dejar su trabajo por oficios mejor remunerados. «Sin educación no hay transformación posible», recuerda el nuevo presidente de la CEV.

«Nos encontramos en el país en una grave crisis global y democrática. El ser humano con su dignidad, principalmente la persona pobre, es colocada a un lado por un sistema político para dar relevancia a un sistema ideológico excluyente, perdiéndose el sentido de la democracia como poder del pueblo al ser sustituido este por reducidas élites y grupos que asumen un poder populista y autocrático, en concreto, de los poderes públicos y militar, dependiendo cada vez menos de la legitimidad electoral con la astucia de sacar del medio de contrapesos constitucionales y políticos», dijo el monseñor.

Respecto a las elecciones regionales del 21 de noviembre y la repetición de los comicios en Barinas el 9 de enero, el Arzobispo de Cumaná manifestó que el proceso comicial estuvo plagado de irregularidades como la inhabilitación de candidatos, amenazas a medios de comunicación, persecuciones, desconfianza y la «escandalosa división de la oposición», que derivó en los altos niveles de abstención que se vio en el proceso.

Para la CEV, el hecho de que se hayan repetido las elecciones en Barinas es una muestra del «resquebrajamiento institucional de los poderes democráticos» y deja en evidencia la influencia que tiene el Ejecutivo en loa demás poderes, enumerando algunas anomalías entre las que destacó la anulación del resultado cuando ya había un ganador y el poder un candidato a dedo sin escuchar a bases del partido. Aún así, aseguró que la población asumió la vía electoral como herramienta para cambiar y se mostró un deseo de aspirar a otras cosas.

«Los resultados de las elecciones de enero son una demostración de cuán necesario es reconocer y aceptar que estamos frente a un cambio en Venezuela que pasa por la necesidad del encuentro y el entendimiento para construir un nuevo país», afirmó el presidente de la CEV.

Manifestó que a pesar de lo que ocurre en el país, se puede constatar que hay «signos de luz y esperanza» en la población al ver iniciativas como las redes de ayuda conformadas para aliviar la situación de los enfermos y más necesitados. En ese sentido, se exhortó a los mandatarios regionales y municipales a trabajar en pro del bien común y las clases menos favorecidas en vez de ser un sostén de una ideología.

Destacó que la iglesia vive en tiempos de «sinodalidad», que es escuchar a los ciudadanos y caminar junto a ellos en pro del aprendizaje muto y la construcción de un camino hacia un país mejor y dijo que ante la división que se ha evidenciado desde el punto de vista político y social, las comunidades deben tomar el protagonismo con «acciones creativas» que se expresen en «procesos de movilización» para buscar el bien común.

Esto, a juicio de la CEV, rescata la propuesta de «refundar la nación» al recuperar valores como la verdad, la justicia, la solidaridad, responsabilidad, honestidad y la cultura del trabajo productivo, que incluyan a todos los sectores del país; se recupere la convivencia fraterna, se promueva a la familia y la educación como pilares; exista una renovación de los partidos y sus liderazgos «que no han permitido el discernimiento político».

Monseñor Jesús González de Zárate expresó que la CEV no toma partido por alternativas políticas y recordó que las exhortaciones que se hacen se basan en las enseñanzas y principios de la iglesia, por lo que destacó que cualquier propuesta debe estar enmarcada entre la Constitución y las leyes del país.

Al ser preguntado sobre la mesa de negociación o la búsqueda de dirimir diferencias vía diálogo, el presidente de la CEV reconoció que la población está «desilusionada» y desconectada de la dirigencia política porque no se ven reflejados en ella y por eso es que pide que entre todos se busque una solución no en «cualquier diálogo», sino que el mismo pueda ahondar y construir un camino «serio» para la solución real de las necesidades de los venezolanos.

Por su parte, el monseñor Raúl Biord, secretario general de la CEV y obispo de La Guaira, comentó que el diálogo debe comenzar «desde las bases», es decir, desde las comunidades y que el mismo se genere de forma ascendente. En ese sentido, destacó que cada uno de los venezolanos tiene responsabilidad de empezar a elaborar soluciones y no depender de la dirigencia política.

«El objetivo no es sacar a uno ni poner a otro, sino el bien común. Las negociaciones no solamente son personas de poder, sino deben ser algo inclusivo que permitan la participación de actores de la sociedad porque ningún partido, líder, puede sustituir a las comunidades», finalizó.

 

 

 

Con información de La Verdad

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