América se aproxima este lunes a los 2,5 millones de muertos por el coronavirus y a los 128 millones de casos, en momentos en los que las autoridades sanitarias mundiales analizan poner fin al tratamiento de la enfermedad como una pandemia.
Según el último reporte de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el continente hay 2.471.381 fallecimientos como consecuencia de la covid-19.
En cuanto a los casos, el reporte señala que la cifra llegó a 127.975.395 contagiados.
Estos datos se conocen el mismo día en el que la OMS informó que publicará a finales de febrero un nuevo plan de respuesta que planteará una transición a cuyo término se pondrá fin a la actual gestión de la enfermedad como una pandemia.
El objetivo final será pasar a una fase en la que haya un «control sostenido» de la enfermedad, de manera similar a como se hace con otros problemas respiratorios como la gripe, indicó el director de Emergencias Sanitarias del organismo, Mike Ryan.
Pese a la intención de la OMS, lo cierto es que en Brasil y Colombia, dos de los países más afectados por el virus en esta región, la pandemia está lejos de terminar.
Así lo demuestra el registro de 135.080 nuevos casos el domingo en Brasil, con lo que superó los 24 millones de contagios desde el inicio de la pandemia alcanzando, además, un promedio récord de casi 150.000 infecciones por día.
Según el Ministerio de Salud, el gigante suramericano registró también 296 nuevas muertes por covid, que elevan hasta 623.097 el total de víctimas y hasta 24.044.255 el de contagios.
Igualmente, Colombia reportó este domingo 217 fallecidos, pasando de los 200 por primera vez desde agosto, mientras los casos diarios parecen mantenerse estables por debajo de los 30.000 diarios, aunque las pruebas también se han reducido.
Se trata de la cifra más alta de fallecidos desde el 3 de agosto, cuando el país estaba saliendo de la tercera ola de covid-19 y se notificaron 268 fallecidos.
En contraste, Bolivia reportó este lunes un descenso del 21 % en los contagios en los últimos siete días, lo que supone la primera vez en 16 semanas seguidas que se presenta una disminución de enfermos en medio de una persistente cuarta ola.
En el informe semanal de la situación de la pandemia, el ministro de Salud, Jeyson Auza, detalló que en el último periodo se han reportado 61.158 contagios, 16.080 menos que los precedentes siete días en los que se registraron 88.238 positivos.
El país acumula 20.630 fallecidos y 813.609 casos confirmados desde marzo de 2020.
Las buenas noticias también se dan en Ecuador, en donde el Comité de Operaciones de Emergencia decidió pasar a Quito de alerta epidemiológica roja a naranja para la semana del 24 al 31 de enero, basado en la disminución de contagios.
De acuerdo con el secretario municipal de Salud, Francisco Viteri, hasta la semana tres la capital registró 1.473 casos «lo que evidencia un decrecimiento» y se reportó un fallecido a causa del virus.
Quito acumula 217.823 casos del virus mientras que la semana anterior arrancó con 203.973.
Un paso más hacia la «nueva normalidad» dio hoy Colombia con el regreso a clases presenciales en los colegios de siete millones de niños.
La ministra de Educación, María Victoria Angulo, reiteró el llamado a padres, docentes, directivos e instituciones para seguir trabajando en equipo por la presencialidad, la vacunación y una educación de calidad.
«Las Secretarías de Educación han dado respuesta positiva al regreso a clases de manera presencial», aseguró la funcionaria tras reiterar que el Gobierno ha invertido una millonaria suma para adecuar los espacios de aprendizaje.
Del mismo modo, Argentina lanzó la Campaña Nacional de Vacunación de la covid-19 «para la presencialidad plena y segura en las escuelas», de cara al inicio del nuevo curso dentro de unas semanas y después de dos años en los que la pandemia dejó a miles de niños sin clases durante meses y provocó el abandono escolar de miles de escolares.
«La prioridad es que este año haya escolaridad y presencialidad para todos y todas los jóvenes argentinos. Que todos vuelvan al colegio, que todas vuelvan al colegio», dijo el presidente argentino, Alberto Fernández.
La otra cara de la moneda sobre la reanudación de clases presenciales la presenta la ciudad costera ecuatoriana de Guayaquil, en donde se generó una pugna entre autoridades nacionales, que apoyan la medida, y las locales, que se oponen.
Así, mientras la ministra de Educación, María Brown, asistió a la reanudación de clases en un colegio, las autoridades de esa ciudad llegaron a clausurarla pues su alcaldesa, Cynthia Viteri, había prohibido el retorno a las aulas por 30 días más.
De acuerdo con el Comité de Operaciones de Emergencia, los contagios empezaron a descender y por ello se decidió el cambio en ciudades como Quito y Guayaquil de semáforo rojo a amarillo, lo que permite el retorno voluntario de los estudiantes a las aulas.
Sin embargo, Viteri fue enfática en que los menores no volverían a las instituciones educativas por 30 días y amenazó con sanciones que podrían llegar hasta la clausura de los establecimientos que incumplan con la orden de su despacho.
Otra polémica surgió en Estados Unidos, en donde la misma semana en que se celebró el Día de Martin Luther King miles de personas contrarias a los mandatos de vacunas y a llevar mascarillas emularon al defensor de los derechos de los negros con una gran manifestación este domingo en Washington para reclamar la «libertad médica».
«Yo no soy antivacunas. Yo lo que soy es antimandatos. Lo que yo digo es que cada uno debe poder elegir lo que quiere: vacunarse o no; llevar mascarilla o no», dijo a Efe Nadia Zoltan, una mujer mayor que se desplazó desde Pensilvania.
«Que te echen de tu trabajo por no vacunarte es una tiranía, eso no tiene otro nombre. Y Estados Unidos no puede ser una tiranía», zanjó Zoltan.
Con información de EFE y La Verdad